Vicente del Bosque goza de toda clase de plácemes. Tras la conquista de la Copa del Mundo nadie ha osado discutirle una decisión. Un país que siempre ha contado con millones de seleccionadores había obviado las discrepancias. Tal costumbre ha estado tan arraigada en el fútbol español que incluso durante la Guerra Civil, para el equipo de la España franquista que iba a jugar –y perder– dos partidos con Portugal, los críticos de Sevilla, Vigo y San Sebastián discutieron sobre la conveniencia de alinear a fulano o mengano.

El seleccionador ha anunciado la lista de jugadores para los dos próximos partidos, se ha mantenido en sus trece y ello ha producido alguna polémica. Por ejemplo, hay quienes consideran que Arbeloa no está para el equipo nacional y se sorprenden de que haya vuelto a llamar a Fernando Torres, quien no atraviesa el mejor momento de su carrera deportiva.

Ha convocado por vez primera al valencianista Jordi Alba, extremo reconvertido en lateral izquierdo. Para este lugar se necesita el relevo, dado que Capdevila ya está licenciado. Alba es un caso más de los muchos extremos que acabaron jugando de laterales. Para esa banda había apuntado el españolista Didac, por sus brillantes partidos con la selección Sub-21. Alba tiene proyección atacante como Capdevila.

El técnico no es partidario de grandes cambios y por ello repesca a Puyol –aunque no parece plenamente recuperado– y a Piqué con el alta, pero tampoco en plenitud. Para el centro del ataque ha vuelto a llamar a Negredo. Por Torres había propuestas en favor de Soldado. Del Bosque no está solo.