Sevilla

Zarrías bajo el volcán y paseando a Soler

Manuel Chaves, junto a Gaspar Zarrías (d)
Manuel Chaves, junto a Gaspar Zarrías (d)larazon

La dirección regional del PSOE-A, liderada por Pepe Griñán, pretende que la dirección federal se avenga a su idea estratégica de adelantar, cuanto antes, las nominaciones de los candidatos socialistas en las ciudades y municipios de más de cincuenta mil habitantes. Según ha reconocido oficialmente la secretaria de Organización, Susana Díaz, existen contactos con Ferraz en tal sentido. Pero, lo que parecía, visto desde fuera, un proceso preelectoral rutinario de la organización socialista, va camino de convertirse en la explosión pública de la contestación interna que se está larvando contra el modelo impuesto por Griñán y su equipo en el nuevo PSOE andaluz. También, en una descarnada lucha de intereses por mantener cuotas de poder territorial –incluso personal– de quienes hasta hace un año decidían los destinos del partido, apoyados desde el «aparato» por la antigua mayoría. La reaparición esta semana en el escenario andaluz de Gaspar Zarrías ha venido a añadir gran confusión, tanta que la responsable de Organización se ha visto obligada a desautorizarlo públicamente mediante un comunicado. Zarrías, que nunca da puntada sin hilo, ha protagonizado últimamente dos llamativas declaraciones de calado que, quizás, no hayan sido del todo comprendidas por Rafael Velasco, Mario Jiménez y Susana Díaz, los jóvenes apóstoles del «griñanismo».La primera fue para proclamar públicamente que el diputado Martín Soler Márquez, el hombre que quería suceder a Griñán avalado por Luis Pizarro y desplazar a Mar Moreno del delfinario, «es un valor del partido» con el que cree Zarrías que «se debe seguir contando». La segunda declaración del número cuatro del PSOE federal ha sido en contra del adelanto de proclamación de candidatos y se produce horas después de que empiecen a sobrevolar por el cielo de la bahía de Almería, las primeras cenizas de un volcán que, desde Sierra Alhamilla, amenaza el corazón de la organización política que gobierna Andalucía.Una primera conclusión conduce a pensar que Pepe Griñán ha conseguido «cabrearlos» a todos. Incluso a Zarrías, con quien se le suponía mayor sintonía política que con Pizarro. Quienes conocen a Gaspar como hombre de partido saben perfectamente que esos dos posicionamientos públicos, haciendo de tripas corazón y tapándose la nariz, dando la cara por Soler y sus intereses contra los que peleó, obedecen a causas de fuerza mayor, cuyas verdaderas claves o razones, desconocidas a día de hoy, puede que afecten más de lo que muchos piensan a los intereses generales del partido que preside Manuel Chaves y dirige José Luis Rodríguez Zapatero.Como podrá adivinar el lector, Almería sigue concentrando muchas de las claves de este embrollo político que, por lo que se oye y se lee, sigue siendo sólo para iniciados, aunque las consecuencias políticas del mismo afecten ya a los intereses de miles de ciudadanos. Unas durísimas e inesperadas declaraciones de Nono Amate, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Almería, han fulminado políticamente al candidato que Soler y Diego Asensio venían preparando desde septiembre del pasado año como cabeza de cartel socialista para aquella capital. Se trata de Antonio Cantón, empresario, multimillonario y concejal socialista independiente, del que Amate, quien lo «fichó» en su día, mostró su decepción «personal y política» ya que «creí en su momento que iba a renunciar, como así me dijo, a todos sus negocios y no sólo no lo ha hecho, sino que los ha ampliado», afirmó tras pedir que el nombre del candidato a la Alcaldía se decida en unas Primarias, igual que se plantea hacer en Málaga.La sonora declaración de uno de los viejos amigos del presidente Griñán en el partido en Almería, achicharrando literalmente al concejal y candidato que querían Asensio y Soler, debió ser la gota de agua que ha colmado el vaso de Martín, el poderoso dirigente socialista que durante década y media ha controlado lo que se hacía o no se hacía, lo que entraba y lo que salía de la provincia de Almería, siempre apoyado en sus decisiones por Pizarro y Chaves desde Sevilla. Incluso en sus pactos desde 2005 con los que hoy siguen en la cárcel acusados de graves delitos en el contexto de la «Operación Poniente».A Soler se le llegaron a permitir proyectos faraónicos caros, financiados con presupuestos andaluces y europeos, como el PITA o la desaladora de Rambla Morales, que ahí está, con embargos a los modestos regantes y el ministerio (Acuamet) sin comprarla porque, dicen, piden cuarenta millones más de lo que cuesta realmente.Las declaraciones de Amate, por su dureza, fueron interpretadas en la agrupación de Almería como que se levantaba la veda en el coto socialista contra el «martinismo» y su líder. Una lapidación pública que Soler no está dispuesto ni a soportar ni a tolerar.Por tanto, no sería de extrañar que, en la lista de amenazas y amenazados que parece que está repasando Soler desde que comenzó su declive en la Junta, haya incorporado a gente de su partido al más alto nivel, tras haber hecho lo propio con un profesor de la UAL o el mismísimo alcalde de Almería, quien ha visto esta semana cómo se cumplía uno de los amenazantes vaticinios lanzados telefónicamente por el ex consejero de Innovación. En ese contexto de amenazas y ajustes de cuentas, interpretan algunos socialistas almerienses la forzada irrupción de Zarrías dándole palmaditas y mimitos en público a Soler. Al tiempo que mandaba un aviso a los «niños» de Griñán en San Vicente para que atemperen sus impulsos en Almería con la gente de Soler, porque «con las cosas de comer no hay que frivolizar», comenta, riéndose, un veterano militante crítico.Quienes en el partido sostienen que Soler está políticamente muerto, olvidan que eso no significa que haya perdido el poder real para defenderse atacando y mantener su cuotas y trincheras almerienses intactas. Tiene Soler demasiada información sensible en su poder, ha hecho muchos favores a mucha gente y, sobre todo, ha repartido mucho, muchísimo dinero público y subvenciones oficiales en estos años. No conviene olvidar, por otra parte, que su principal habilidad política consiste en amarrar convenientemente lealtades y apoyos incondicionales, además de saber comprar algunos silencios.Lo que suceda en los próximos días y semanas confirmará o no si las palabras de Zarrías son una orden de Chaves/Zapatero o un brindis al sol. De momento, formalmente, Griñán no ha hecho nada censurable con su partido en Almería. Martín, según propia confesión, no sigue en el Gobierno porque no le dio la real gana. Su gente sigue en los puestos institucionales provinciales, pero lo de Nono Amate, lanzando piedras y cenizas volcánicas, ha precipitado todo porque esta semana empezarán a recogerse firmas en la agrupación de Almería contra Asensio y Martín. «No pueden seguir decidiendo la lista de la capital quienes sistemáticamente se vienen equivocando desde hace un montón de años con sucesivas derrotas», dicen. Todo esto transcurre en un escenario plagado últimamente de tensión y rumores muy intensos, algunos lanzados con «mala leche», sobre próximos o supuestos avances en el «caso Poniente».