Mundial de clubes

Valencia
Con sólo ocho cintas a concurso en la Sección Oficial, no hubo color respecto a las otras siete: su superioridad fue abrumadora. Al margen de la escasa competencia, se trata de una magnífica película, merecedora de premios en cualquier festival, y también de ser estrenada en nuestro país, donde la cartelera está tan abarrotada de estupideces.
El filme de Ross aborda muy bien a diversos personajes y diferentes elementos para pensar en un ambiente pobre, Siberia, hacia el final del otoño. Como el niño que vive con su abuelo añorando al padre que prometió volver. O el abuelo, que no entiende el cariño que el niño le profesa a un perro perdido. En esta Siberia hay manadas de perros hambrientos, merodeadores sin piedad y envidias. Un todo inteligentemente tramado y desarrollado en una hermosa película.
Lo absurdo de Cinema Jove es la atención que presta al cortometraje, con varios premios, incluido uno al mejor sonido. Es una locura: si le interesa más este formato, que se especialice. Hay muchos certámenes dedicados a cortometrajes, y son totalmente inútiles: ni se estrenan ni pasan por televisión. En éste, el desnivel es tremendo en todos los sentidos: tiene sólo ocho largos a concurso, pero hay una apotesosis del corto. También resulta curiosa la atención que presta a las nuevas tecnologías y que implica aceptar hasta filmes grabados con teléfonos móviles. Aunque el problema no es de las máquinas: lo malo es la utilización de aparatos punteros sin tener ni idea de lo que es una película.
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