Londres

Las bases del laborismo británico se imponen al aparato del partido

Ed Miliband se convirtió ayer en el nuevo líder del Partido Laborista. No se puede decir que la noticia pillara por sorpresa. Su hermano mayor, David, siempre había sido el favorito para suceder a Gordon Brown, pero en la última semana, el pequeño de la familia le había cogido ventaja en las encuestas

Ed Miliband liderará el Partido Laborista británico tras derrotar a su hermano David
Ed Miliband liderará el Partido Laborista británico tras derrotar a su hermano Davidlarazon

Desde que presentó su candidatura a finales de mayo su popularidad fue creciendo. Su don de gentes no engatusaba a la cámara, su poca facilidad de palabra no le hacía el más atractivo y su labor al frente del Ministerio de Medio Ambiente en el anterior Gobierno tampoco le situaba como el más conocido en la calle. Sin embargo, en las distancias cortas, Ed supo ganarse la confianza de empresarios, ecologistas, diputados y, lo más importante, de los sindicatos, que le vieron como el hombre capaz de llevar al partido de nuevo a la izquierda. Y es que Ed, de 40 años, nunca ha ocultado su deseo de enterrar el «Nuevo Laborismo». La «tercera vía» que en su día construyeron Tony Blair y Gordon Brown consiguió tres victorias consecutivas, pero en la última etapa andaba ya moribunda.

El mayor de los Miliband se empeñó en resucitarla para seguir compitiendo con los «tories» por el voto del centro, pero se equivocó de estrategia. Tampoco acertó al no alejarse por completo de Blair. Todos sabían que era el delfín favorito del «ex premier», pero su apoyo implícito no le ayudó a ganar puntos entre unas filas cansadas de trece años de guerra civil entre «brownistas» y «blaristas». Necesitaban aire fresco y David, ministro de Exteriores en el anterior Ejecutivo, había perdido ya bastantes oportunidades de desafiar a Brown durante sus horas más bajas en Downing Street.

A pesar de que durante los últimos días bromeaba con que no le importaría trabajar para su hermano pequeño, sus allegados no descartaban ayer que, tras la derrota, abandonara la política. «David, te quiero mucho como hermano y respeto extraordinariamente la campaña que has hecho, la fuerza y elocuencia que has demostrado», declaró el pequeño de los Miliband tras conocerse el resultado.

Unión
Con poco más de un punto de diferencia –eliminados en la última ronda los tres otros candidatos, Ed logró un 50,65 por ciento de los votos y David un 49,35 por ciento– el nuevo líder laborista sabe ahora que le queda por delante la difícil misión de unir al partido después de la contienda, algo que ya ha prometido que hará. La formación está perdida buscando un nuevo rumbo y abatida por la histórica derrota de mayo. «Hoy comienza el trabajo de una nueva generación», dijo en un intento de insuflar ánimos a las gradas.

 En su primer discurso como líder oficial, Ed Miliband prometió que su partido «aprenderá de los errores del pasado», mostró una clara sensibilidad hacia los sectores menos favorecidos de la sociedad británica y dijo ser muy consciente de la necesidad de «cambio» que impera en las filas laboristas.

«La elección de hoy pasa una página ya que con ella ha surgido una nueva generación para servir al partido y, con el tiempo, espero que para servir a este país», afirmó ante los congregados. Además, advirtió de la existencia de «prejuicios sobre inmigración; la inseguridad que siente la gente con relación a sus salarios y su vivienda», así como la preocupación por las próximas generaciones.

La primera prueba que se le plantea es combatir la política del Gobierno de coalición para hacer frente a la deuda histórica de las islas. Miliband considera que el plan presentado por el anterior «Chancellor» tan sólo sirve como punto de partida, por lo que no está clara su estrategia. A pesar de que muchos consideran que Cameron está tranquilo porque al que temía realmente era a su hermano, otros aseguran que el «tory» tendrá que andarse con ojo, ya que el liberal-demócrata Nick Clegg podría cambiar de socio para los próximos comicios.