Motociclismo

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Stoner es una roca

Stoner es una roca
Stoner es una rocalarazon

En el Mundial de Motociclismo la emoción cambia de aspecto a medida que crece el tamaño de los motores. En las categorías más pequeñas todo es adrenalina, con cientos de adelantamientos y un ritmo frenético. En MotoGP, en cambio, la forma de emocionar es distinta, más contenida y el éxito puede no estar tanto en adelantar como en hacer 26 vueltas al máximo sin cometer un fallo.

La categoría reina sería algo así como una serie de tiro olímpico, en la que tienes 100 platos y sabes que no romper dos te lleva a quedarte sin premio. No hay lugar para el error en MotoGP y en esto Stoner es una roca. El australiano llegaba a Estoril después de 17 podios consecutivos y con el reto de domar un circuito que siempre se le ha resistido. Vaya si lo hizo el australiano, que aguantó más de 117 kilómetros en cabeza soportando sin inmutarse la presión de Lorenzo.
Casey ha pasado por dos trazados que no le van con pleno de éxitos y ya lidera el Mundial.
Muy temprano rompió el cronómetro con un «warm up» estratosférico, así que su intención fue seguir con la exhibición en la carrera. Sus rivales barajaban bastantes dudas mientras él lo tenía todo muy claro. El síndrome compartimental que afecta a sus brazos empieza a darle una tregua, quizá gracias al tratamiento médico y también a que su moto tiembla menos en las frenadas y necesita menos músculo para meterla en la curva. Sin molestias físicas, Stoner es una bestia que se alimenta de victorias a las que llega por el camino más recto.

Él no entiende lo que es reservarse, por eso nada más apagarse el semáforo se puso al frente. Arrancó el «tren» con Lorenzo y Pedrosa en el segundo y tercer vagón, y el resto, descarrilados. El australiano llenó de carbón la caldera y en menos de dos giros ya acumulaba casi un segundo y medio de ventaja. Detrás, Jorge Lorenzo se peleaba con el embrague de su Yamaha, algo tocado tras el arranque, y esperaba a que amainara la salida en tromba de su enemigo. Jorge no es tan explosivo, siempre va de menos a más, y según pasaban las vueltas iba limando décimas al cronómetro. Dani cerraba el grupo con pocas opciones: «Ha sido una pena. Teníamos un buen ritmo, pero el paso por curva era muy malo. He estado toda la carrera con el gancho, ellos lo han hecho un poco mejor», explicaba Pedrosa.

Jorge lo tenía controlado en el retrovisor y al paso por la mitad de la prueba se remangó para trabajarse la victoria. Llegó a estar pegado al escape de Stoner, que tiró de solidez para aumentar su ritmo y mantenerlo sin fallos. Una pequeña duda le hubiera dejado indefenso ante la remontada de Lorenzo, pero no ocurrió. «Ha sido duro, sabía que los llevaba todo el tiempo detrás. Hemos vuelto a completar otro fantástico fin de semana», resumía el «canguro».
Jorge lo vio imposible a pocas vueltas del final y puso la calculadora otra vez en marcha para no perder más puntos en una batalla que se espera larga: «Estoy contento, porque no esperaba rodar tan rápido. Hemos salvado los muebles en una situación que no era favorable».