Conflictos laborales

Tiempo de huelga

La Razón
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Los sindicatos se manifiestan contra los recortes del PP en aquellas administraciones donde gobierna este partido, pero no salen a la calle para pedir responsabilidades a los que dejaron las arcas públicas invadidas de telarañas, el futuro hipotecado y trabajadores que se van a la calle porque sus empresas han muerto de inanición por impago de las administraciones.
Ya se sabe que septiembre es el mes donde los colegiales vuelven a las aulas, los trabajadores al curro (los que no lo han perdido todavía) y los sindicalistas a las movilizaciones para procurar una estación caliente, sobre todo si próximamente se van a cocinar comicios generales. Los sindicatos mueven a los maestros de Secundaria a que se olviden de dos meses de vacaciones de verano, dos semanas de asueto en Navidades y otra por Semana Santa y se pongan a dar lecciones de administración presupuestaria a Esperanza Aguirre. Convocan un día de huelga y amenazan con hacerla indefinida, lo que podría resucitar a las dos Españas: la de aquellos dispuestos a la resistencia indefinida, y la de los otros, los que siendo o no sindicalistas, no llevan a sus hijos a la escuela privada, ni tienen abuelos liberados, y se enfrentan a qué hacer, a dónde dejar a los niños mientras dure la huelga indefinida. Con ellos que no cuenten, que no van a salir ni de piquetes, porque tienen que quedarse en casa cuidando de los chavales.