Vigo

«Ya no tengo fe en la Justicia»

Marta Triviño confiesa que sintió deseos de «agarrar y dar en la cabeza» al asesino de su hijo. «Le tuve a 10 centímetros».

«Ya no tengo fe en la Justicia»
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«Que se haga justicia. Espero lo que todo el mundo, que no dejen en la calle a un asesino confeso». Es lo que pide Marta, la madre de Isaac Pérez Triviño ayer a las puertas de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Allí, en la sección quinta, comenzaba, a las 9:30 de la mañana, la repetición del juicio por el asesinato de su hijo, Isaac, y Julio, la pareja de éste.

Los jóvenes fueron asesinados en su casa, en la calle Oporto, de Vigo, el 13 de julio de 2006. Los encontraron degollados y quemados. Además, habían recibido 57 puñaladas. Una masacre. Una «escena macabra», como la describió entonces el jefe de bomberos.

Jacobo Piñeiro Real, que había estado cenando con la pareja la noche de los hechos en la vivienda de éstos, se confesó autor de la agresión, pero el jurado popular le absolvió, en febrero de 2009, de los delitos de asesinato porque lo hizo «por miedo insuperable». Fue condenado a 20 años de prisión por el incendio de la casa.

La sentencia provocó un terremoto mediático, sobre todo entre los colectivos de homosexuales, que consideraron la sentencia «homófoba y racista» (Julio era brasileño). Concretamente la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) se reunió «con el Fiscal General del Estado para solicitar justicia, porque la sentencia exculpa a Piñeiro aunque él se declaró culpable», explicó Antonio Poveda, presidente de Felgtb. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG)determinó la nulidad de la sentencia

Volver a empezar

Ayer, Marta llegó a la Audiencia antes de las 8 de la mañana y, a las 8 de la tarde, continuaba allí. «Estoy muy nerviosa, aunque aparento tranquilidad, porque llevo todo el día aquí, el asesino de mi hijo está ahora declarando y yo no puedo entrar». Ha sido citada como testigo y, hasta que no declare, no puede entrar en la Sala.

Tras doce horas allí, la madre de Isaac está cansada; «además, no he logrado dormir nada esta noche», se lamenta. Por la mañana, cuando Jacobo Piñeiro llegó a la Audiencia, «le tuve a 10 centímetros y vi que mis sentimientos han cambiado; dije que no le haría ningún daño pero hoy me han dado ganas de agarrarle y darle en la cabeza. Me dio una taquicardia al verle».

Tiene puestas sus esperanzas en este nuevo juicio, aunque «no tengo fe en la Justicia», dice. Quienes salían de la Sala le explicaban que Piñeiro «está diciendo que no se acuerda de nada y le echa la culpa al alcohol y a la droga».

Al parecer, en su declaración, Piñeiro no tenía claras algunas cosas: horarios, el motivo de su visita a la casa de Isaac y Julio... «Creo que es una estrategia que le ha marcado su nuevo abogado», sentenció Marta.


«Miedo insuperable»
El jurado popular que dictó sentencia en el caso absolvió a Jacobo Piñeiro a pesar de que éste se declaró culpable. ¿Por qué? Consideraron que lo hizo «en defensa propia» y por «miedo insuperable».

Amigos y familia se preguntan si cuando se actúa por miedo y en defensa propia se asestan 57 puñaladas, se ata a las víctimas, se prende fuego a la casa y se echa abajo una puerta para cometer uno de los crímenes. Ahora, piensan que la Justicia tiene una segunda oportunidad.