Jaén

«Me cabrea que los jóvenes sean sumisos»

Antonio del RealProfesión: director de cine y de teatro.Nació: en 1949, en Cazorla (Jaén). Por qué está aquí: dirige la comedia «Los 80 son nuestros», de Ana Diosdado, que hoy se estrena en el Teatro Calderón (Madrid).

 
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–«Los 80 son nuestros». ¿Obra sobre jóvenes para reflexión de jóvenes o adultos?
–Para que reflexionemos todos, jóvenes y adultos, porque los hombres cambiamos de móvil, pero no de esencia.

–La obra refleja las inquietudes, angustias, ilusiones y aspiraciones de la juventud española de los 80. ¿Qué querían entonces?
–Soñaban con un futuro prometedor, creían vivir el principio de algo extraordinario, y luego llegó el desencanto. Parecía nacer algo nuevo y no nació nada. Bueno, vino la miseria, el paro.

–Pero era una juventud diferente, dicen.
–Sí, tenían, teníamos la ilusión de cambiar el mundo. Ahora es la apatía, el no creer en nada.

–¿Qué quieren ahora los jóvenes?
–Un proyecto, una ilusión, pero sobre todo trabajar. Lo que no hay.

–¿Cuál era el mayor problema de entonces y cuál es el de ahora?
–El de antes era la droga; el de ahora, el paro. La falta de futuro.

–Eso: dice una reciente encuesta que no creen en el futuro...
–Están desencantados. ¿Cómo no viendo lo que ven?

–Son más pesimistas que nunca...
–Tienen motivos para serlo. El panorama es desolador. Antes, la rebeldía estaba en irse de casa. Ahora no se van ni echándoles aceite hirviendo.

–La mitad considera que sus esfuerzos en la vida nunca consiguen nada...
–Eso es muy triste. La falta de trabajo es lo que ahora mata a la juventud.

–No consideran que los políticos velen por sus intereses...
–Los políticos no velan por los de ninguno, sólo por los suyos.

–Curioso: pese a todo eso, es una juventud sumisa. Sólo un 12 por ciento se manifiesta, protesta...
–A mí eso me cabrea. Las calles deberían estar llenas de jóvenes protestando. Las calles deberían ser un grito contra Zapatero. Es un conformismo que da pena. Hay que preguntarse quién ha matado la esperanza.

–Botellón, ocio, malos estudiantes... ¿Tenemos una imagen real o deformada de la juventud?
–Una parte es así, otra no sabe dónde está y otra hace lo que puede.

–Visto el panorama, ¿le gustaría volver a ser joven?
–No, en absoluto. La que yo viví era una juventud ilusionada, rebelde. Creíamos que podíamos hacer algo no sólo para nosotros mismos, sino también para los demás. Ahora es el sálvese quien pueda.

–Primero las mujeres y los niños...