Vanguardia en palacio

En un barrio noble y castizo, como el de los Austrias, encontramos uno de los locales más sorprendentes de Madrid. Su nombre, Negro de Anglona, hace referencia al príncipe que fue propietario del palacio en cuyos bajos ha dejado su impronta el decorador Luis Galliussi, que ha logrado dotar al restaurante de una personalidad única.

Blanco y negro
La sorpresa se produce nada más cruzar el umbral, que da paso a un impresionante hall más propio de un teatro o de un local nocturno que de un restaurante. Allí ya se respira el ambiente íntimo y vanguardista que caracteriza al local y que Galliussi ha logrado utilizando el blanco y el negro como colores predominantes, una tenue iluminación y un cuidado juego de espejos.
Negro de Anglona se divide en dos plantas y cuenta con salas privadas, ideales para celebraciones en grupo, y una zona de copas, el Champagne Lounge, en la que disfrutar de música chill- house.

Por su decoración, su estilo, su ambiente, ya merece la pena una visita a Negro de Anglona, la cocina y el servicio están a la misma altura. Alfonso Sánchez, conocido discípulo de Chicote, asesora al equipo de cocina y mantiene al día la carta para cada temporada.

Hay algunos «imprescindibles» en este local, como las croquetas de Aitor y las Gyozas sobre salsa Ponzu (buenísimas), el tataki de atún rojo o la hamburguesa de presa ibérica sobre base de hojaldre. De postre, pruebe el Quiero chocolate. No se arrepentirá.

La carta es más que sugerente y sea cual sea la elección resultará, casi seguro, un acierto, pero dejarse llevar por las recomendaciones del chef también es una buena idea.

Entre las muchas cualidades del local que dirigen los hermanos Juan y Borja Infante, segúnda generación del grupo Pizza Jardín, cabe destacar la versatilidad de su horario, pues la cocina permanece abierta hasta la 1 de la mañana y, los fines de semana, hasta las 2.

Aunque a mediodía sólo abre los sábados y domingos, por la noche no cierra ningún día de la semana.