Barcelona

Cae un grupo mafioso chino que explotaba mujeres en 37 burdeles de Barcelona

Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una organización china dedicada al narcotráfico y la prostitución que gestionó en Barcelona hasta 37 prostíbulos clandestinos, donde las mujeres eran explotadas sin las mínimas condiciones sanitarias, en el mayor golpe asestado en Cataluña a la mafia asiática.

Los Mossos d'Esquadra han desarticulado en Barcelona a una red mafiosa de proxenetas de origen chino que en un año y medio llegó a explotar a un centenar de mujeres, algunas menores, a las que sometía a ocho horas de trabajo diario bajo condiciones pésimas de higiene y salubridad, obligándolas a tener sexo sin protección y administrándoles ketamina.

En rueda de prensa, el inspector jefe del Area central de crimen organizado de los Mossos, Quim Francés, ha explicado que han detenido a 39 personas, entre ellas el jefe de la banda, al que se denomina 'cabeza de serpiente', de las que 33 han ingresado en prisión por orden judicial, además de desmantelar 15 prostíbulos y liberar a una treintena de mujeres que ejercían en pisos clandestinos.

La 'triada' --como denominan a la mafia china-- había diversificado su actividad delictiva y también se dedicaba al tráfico de seres humanos, al tráfico de drogas, a la falsificación de documentos y de tarjetas de crédito, y estaban empezando a extorsionar a comerciantes de la comunidad china.

Para los Mossos, se trata del grupo más importante de proxenetismo chino desarticulado en Catalunya, en una operación que ha podido llegar hasta la cúpula, por lo que creen que "tardarán mucho en regenerarse".

Según ha relatado el inspector, las mujeres eran captadas en China, muchas engañadas con falsas promesas de trabajo, y una vez llegaban a Barcelona las sometían valiéndose de su "triple carencia": eran irregulares en el país, estaban totalmente solas y desarraigadas
y les obligaban a pagar una deuda de 20.000 euros por el viaje.

NGERIAN ABORTIVOS

En los registros de los locales la policía se ha incautado de sustancias abortivas, además de la droga, por lo que sospechan que además de ejercer sin protección, las mujeres ingerían a menudo estas sustancias, procedentes también de China, con efectos muy perniciosos para la salud.

De hecho, una de las chicas que estaba siendo explotada se suicidó al saber que había contraído el sida en una de sus relaciones.

La treintena de mujeres liberadas han recibido el tratamiento de víctimas y desde el primer momento han sido apartadas de sus explotadores, y por el momento no se ha iniciado ningún procedimiento de expulsión.

Una docena han aceptado ingresar en un centro de acogida y unas tres o cuatro han decidido finalmente denunciar, aunque es difícil ponerlas en confianza para que expliquen por lo que han pasado, según ha relatado el inspector.

En total, seis de ellas son menores y de hecho, uno de los hilos de los que pudieron tirar los investigadores fue la denuncia de una madre afincada en Catalunya porque su hija de 16 años había sido captada por el grupo.

En más de un año que ha durado la investigación, los Mossos han detectado un total de 37 prostíbulos ilegales --gracias a rastrear las direcciones que aparecen en publicidad y tarjetas que se dan por la calle-- y han podido probar que además el grupo se dedicaba al tráfico de personas que venían de China y acababan en Estados Unidos, Canadá y Australia utilizando documentación falsa.

Tenían un taller donde elaboraban esta documentación, con el que lograban falsificaciones de muy alta calidad, y además estaban a punto de abrir un taller de elaboración de droga en Sant Feliu de Llobregat y allí ya tenían 400 plantas de marihuana.

La mayoría de locales estaban en el Eixample barcelonés, y los 33 registros realizados en establecimientos y domicilios estaban también en Santa Coloma de Gramenet, Sant Adri de Bess, Badalona, Sant Boi de Llobregat, Sabadell, Terrassa, Castelldefels y Vilanova i la Geltrú.

El sistema con que funcionaban los distintos pisos clandestinos era muy similar al de la organización que dirigía la red de talleres chinos desmantelada hace dos años en Mataró dentro de la 'operación Wei': era un sistema cooperativista que intercambiaba prostitutas y proxenetas y que solo tenían un vínculo económico con la cúpula de la organización.