
Actualidad
Mejor casi imposible
Autoras: M. Buchaca, C. López, M. Sarrias, V. Szpunnberg. Dirección: M. Vila Godoy. Reparto: N. Bernaus, A. Florejachs, M. Pàmies, V. Segura. Escenografía: À. Aviñoa y L. García. Teatro Bellas Artes. Madrid,

En tiempos difíciles, el teatro aborda la realidad con actitud comprometida de diversas y legítimas formas, si bien reconforta recibir un baño de optimismo ante la crisis, el mileurismo, la precariedad o la soledad, y reír hasta casi llorar. Las dos únicas pegas que cabe ponerle a «El año que viene será mejor» son su afán de intrascendencia y que esta joya cómica de la escena catalana nos visite tan sólo diez días. La segunda tiene solución: que vuelvan. La primera es sólo una impresión. Escrito a ocho manos por Carol López, Marta Buchaca, Mercè Sarriàs y Victòria Szpunberg, el texto es un carrusel vivaz y pedestre, sin linealidad ni protagonistas, que ataca con hilaridad problemas tangibles de la mujer joven urbana actual. Está claro: cuatro autoras, una directora –redondo el trabajo de Mercè Vila Godoy, impregnado de modernidad y buen teatro–, cuatro actrices... Sólo podía ser un texto femenino, que no feminista. Y eso que sus chicas son guererras: estupendas actrices todas, hay sensibilidad jovial en Mireia Pamiès, cierta fragilidad en la comicidad de Neus Bernaus, y fuerza y mala leche en los personajes que compone Vanessa Segura. Capítulo aparte para Alba Florejachs. ¿De dónde sale este ciclón? Hace crujir el patio de butacas con una gestualidad titánica. Toda una payasa. O sea, una gran actriz.
López, Vila Godoy y compañía demuestran por otro lado que el monólogo es un invento anterior –y superior, si se hace bien– al «stand-up». Así, en soliloquios, pero también diálogos, rondós de más compleja teatralidad, oratorios y otros recursos, falsa publicidad inclusive, con apenas una nevera y un sillón, proponen una actitud resignadamente feliz ante la vida. Esto es lo que hay y a veces hay que joderse, sí, pero eso no significa arrojar la toalla.
lo mejor:
casi todo, aunque tiene brillo propio el ciclón expresivo que es Alba Florejachs
lo peor:
el afán de intrascendencia de esta joya cómica catalana, y que venga tan sólo diez días
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