América

Granada

El tesoro perdido de los Quimbayas

Tras una mañana de aventura, la Ruta Quetzal BBVA visitó el Museo del Oro de esta civilización precolombina.

El tesoro perdido de los Quimbayas
El tesoro perdido de los Quimbayaslarazon

Cuando los primeros conquistadores españoles llegaron a América hace más de cinco siglos, descubrieron un continente plagado de oro y plata. Una bendición para el imperio español que condujo a una búsqueda obsesiva plagada de mitos y leyendas acerca de ciudades con calles de oro: El Dorado. La idea de un lugar así dio lugar a múltiples expediciones a través de las selvas del Nuevo Reyno de Granada -la actual Colombia- para tratar de hallar tan preciada recompensa. Pero nunca se encontró. Hubo que esperar más de 300 años para que España obtuviese lo que buscaba, al menos en parte.

En 1891, un grupo de huáqueros -saqueadores de tumbas- encontró dos tumbas en un pequeño pueblo de la región colombiana de Quindío que revelaron un hallazgo sin precedentes: el tesoro de los quimbayas. Unas 300 piezas de oro -en realidad era tumbaga, una aleación de oro y cobre- de incalculable valor realizadas por esta cultura precolombina indígena oriunda del país suramericano, y que suponen la colección más importante encontrada jamás en todo el mundo. Para que el tesoro no se perdiese, el Gobierno de Colombia compró la mayor parte. Pero sólo un año después, en 1892, las piezas partieron hacia España para la celebración del cuarto centenario del descubrimiento de América. Ya nunca más volverían a casa. La mediación española en el conflicto existente entre Colombia y Venezuela propició la donación de la colección a nuestro país como muestra de agradecimiento en 1895 de 143 de las piezas. Tras ser expuesto dos veces, en 1985 y en 1992, el tesoro, que pertenece al Museo de América de Madrid, se puede contemplar de forma permanente desde 1995 en esta institución.

Piragüismo, escalada y tirolina
La historia, si bien es relevante históricamente, no tendría sentido si no fuese por la visita de la Ruta Quetzal BBVA 2012 al Museo del Oro Quimbaya, en la ciudad de Armenia, capital del departamento colombiano del Quindío, donde se percibe el malestar por el hecho de que una de las principales riquezas del país se encuentre al otro lado del océano Atlántico. No obstante, cabe recordar que la parte del tesoro que no fue regalada a España permaneció en poder del Gobierno colombiano, que decidió venderlo por partes a lo largo de todo el globo, perdiéndose su pista. A la salida del museo, los expedicionarios se desplazaron al centro de esta ciudad -devastada por un terremoto en 1999- para contemplar un nuevo espectáculo de folclore, música y baile en el Parque de la Vida, en la que fue una de las jornadas más agitadas para los 224 ruteros que integran la edición de este año. Desde primera hora de la mañana, la expedición disfrutó de un día de aventura y adrenalina: piragüismo, rafting, escalada, tirolina, rutas en bicicleta de montaña y paseos a caballo por los alrededores del Rancho California, el hogar de la Ruta durante estos días.

Tras el almuerzo, nos dirigimos al Jardín Botánico del Quindío, en las afueras de Armenia, más parecido a un bosque tropical que a un parque, según el concepto que solemos tener los españoles de jardín botánico. No obstante, después de la sobredosis de naturaleza de la que ha disfrutado la Ruta Quetzal BBVA estos días, las 15 hectáreas de vegetación andina que pueblan el recinto pasaron casi desapercibidas frente al impresionante mariposario con el que cuenta el jardín. Más de 1.500 ejemplares en un recinto con la forma de una mariposa, en el que los expedicionarios conocieron a fondo y hasta pudieron tocar a estos insectos. Sin embargo, no todo fue alegría en la Ruta. Emilio, uno de los jóvenes expedicionarios originario de Paraguay, se encuentra estos días preocupado por la inestabilidad política de este país suramericano, del que llegan noticias de un posible golpe de estado, debido a la incomunicación a la que están sometidos los chavales mientras dura la expedición.