
Salamanca
A la escuela para huir del paro
En un momento como el actual hay que tener más presente que nunca este mensaje: «El futuro social y económico de nuestro país, el cambio de nuestro modelo productivo y los cambios sociales en los que estamos inmersos van a precisar de más conocimiento. Sin educación y formación no tendremos nada que hacer».

Lo recordaba el jueves, otra vez, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, en el Congreso, y lo predica con insistencia allá por donde va. Es hora de que vuelva a las aulas ese uno de cada tres alumnos que dejaron los estudios antes de acabar el Bachillerato.
Hasta algunas academias privadas de educación de adultos, en su publicidad radiofónica para captar alumnos descolgados del sistema educativo, tiran del mismo argumento. Hay que creérselo. Y muchos han creído cuando han visto las ya casi nulas posibilidades de empleo que existen en España para las personas que no tienen, al menos, la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Y, a medida que pasan los años, mayor es la exigencia. En 2020 se prevé que el 85% de los puestos de trabajo en Europa requerirán titulados medios o superiores.
La realidad se impone y la estadística constata cómo se ha disparado el número de personas mayores de 18 años que ha vuelto a las aulas para completar la ESO. Más de 22.000 se han lanzado en España en los dos últimos años a matricularse en centros de formación de adultos para obtener el título. Si en el curso académico 2007-08 había 138.585 matriculados, en el curso 2009-2010 ascendió a 161.535, según los datos del Ministerio de Educación, lo que supone un crecimiento de casi el 20%.
Los centros privados de enseñanza de adultos también han apreciado un crecimiento exponencial de estudiantes mayores de 18 años que deciden cursar la ESO a distancia. Es el caso de CCC, que ha constatado un incremento del 30 por ciento en el último año. Su directora pedagógica, Rosa Iglesias, cree que el hecho de aumentar la enseñanza obligatoria hasta los 16 años «ha contribuido a elevar las tasas de fracaso escolar». «Muchos dejaron los estudios con la bonanza económica, que facilitó el acceso a numerosos puestos de trabajo sin ninguna cualificación. En estos tiempos de crisis se dan cuenta de que al menos necesitan el título de la ESO para conseguir un empleo o para mantenerlo». Incluso ha crecido el número de matriculados para el realizar curso de acceso a la universidad para mayores de 25 años y el de mayores de 45 (una nueva opción posible desde que entró en vigor la reforma de la Prueba de Acceso a la Universidad, en junio pasado). E incluso hay quien se lanza a aprender idiomas con más de 50 años. El 20 por ciento de los alumnos españoles de un curso on-line desarrollado por la Universidad de Oxford (My Oxford English) supera el medio siglo.
Prima la oferta pública
Aunque la oferta privada es amplia, más del 95 por ciento de la oferta educativa para adultos se ofrece en los centros públicos para adultos (CEPA). «La mayoría de las personas retoman la ESO lo hacen porque quieren trabajar y otros porque temen que les echen de sus empleos por no tener el título», añade Bárbara Ginés, profesora de un centro de adultos del madrileño barrio de Salamanca. «Otros se animan y continúan estudiando el Bachillerato y hay quien se decide por los talleres que tenemos organizados para ampliar sus conocimientos de inglés o de informática porque les exigen mayor formación en estos campos en sus empresas», añade.
Capítulo aparte merece también la formación profesional, que ya está «reclutando» a jóvenes en paro que piensan que es necesario seguir formándose para conseguir un empleo de calidad. Las cifras confirman que es una oferta educativa atrayente en época de crisis. De hecho, este curso escolar ha aumentado en un 6,4% el número de matriculados. Muchos han decidido cursar módulos de FP a distancia. El año pasado, el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas decidieron crear una plataforma que facilitara cursar estos estudios por internet. Ya se ofertan siete títulos a través de esta plataforma, pero a partir de 2011 habrá un centenar, según ha anunciado Educación.
En el conjunto de la UE, es muy significativo el avance que ha experimentado España en formación de adultos hasta casi duplicarse el número de los que estudian con edades entre 25 y 64 años. Así, si en 2004 se formaba el 4,7% de personas entre estas edades, en el año 2009 el porcentaje de ha doblado hasta alcanzar el 10,4 por ciento. No obstante, estamos muy lejos aún de países como Suecia, donde estudia el 22% de personas en esta franja de edad, o de Reino Unido, con un porcentaje del 20%.
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