Mejor imposible

Jorge Lorenzo lo tiene todo ahora mismo para ser el tipo más envidiado del Mundial de motociclismo. Es el líder de la categoría reina con 25 puntos de ventaja respecto a Stoner, y en Silverstone consiguió su tercera victoria consecutiva y la cuarta del curso. Además, la semana pasada renovó por dos temporadas su contrato con Yamaha. Un acuerdo millonario –propio de la estrella que es en estos momentos– y que le asegura conducir hasta finales de 2014 una de las dos mejores motos de la parrilla. La M1 ha dado un salto de calidad tan importante que ha anulado la superioridad que tenía Honda y, en manos de Lorenzo en versión caníbal, resulta casi invencible. Justo lo que sucedió ayer, con otra exhibición de superioridad tan evidente que los que en abril daban como favorito a Stoner empiezan a pensar en cambiar de apuesta.

Cada día que pasa Lorenzo se parece más al que en 2010 fue campeón del mundo batiendo el récord de puntos y firmando nueve victorias en 18 carreras. Con un tercio del calendario de 2012 disputado, Jorge iguala los números de aquella temporada mágica, y las estadísticas hablan tan a su favor como las sensaciones. Ni partía desde la «pole» ni salió bien en Silverstone, pero éstas son cosas sin importancia cuando su superioridad es tan notable.

Aunque Stoner lleva unas semanas con el «feeling» perdido, desconoce el significado de la palabra rendirse y no tardó demasiado en ponerse al frente, olvidar el tormento que a las Honda oficiales les da el neumático delantero fabricado por Bridgestone y tratar de evitar el final más previsible. Logró el australiano mandar durante varias vueltas y hasta llegó a contar con poco más de un segundo de ventaja respecto al resto. Un buen intento, digno de un campeón en ejercicio, pero inútil. A diez giros para el final, Lorenzo vino desde atrás para adelantar espectacularmente a Bautista y más tarde a Stoner, que aguantó tres asaltos. Al cuarto, la Honda dijo basta y Jorge se lanzó hacia la meta sin contemplaciones.

Si no había error grave, el debate sobre el ganador se había terminado, aunque ni mucho menos en lo que se refería a la composición definitiva del podio.

Pedrosa amenazó con la debacle durante la primera mitad de la carrera, para terminar presionando a su compañero de equipo en la lucha por la segunda plaza. Dani reaccionó a tiempo para alcanzar el tercer lugar justo por delante del magnífico cuarto de Álvaro Bautista. Stoner minimizó los daños con el segundo puesto, pero las vibraciones que desprende le colocan más lejos de Lorenzo, ahora mismo inalcanzable.