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Los editores han elevado una petición al Gobierno: la reducción a cero del IVA para incentivar la lectura y, además, impulsar la venta de libros. Asimismo, piden que la diferencia de este impuesto, que grava con un 4 por ciento las obras impresas, y con un 18 a las digitales, se corrija.

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Apareció en un viejo y conocido artículo de Larra, y ayer el sector editorial lo volvió a recordar para recalcar un hecho que parece que no ha cambiado demasiado: «Escribir en Madrid es llorar». Una frase que, extrapolada al resto del país, subraya un mal endémico de nuestra sociedad y aumenta esa antigua brecha que siempre ha distanciado a España de Europa.

Para recortar dicha distancia y aumentar el número de lectores, la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE), la Asociación de Revistas de Información (ARI) y la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) han lanzado una propuesta al Gobierno. Una reivindicación lejana que ahora, en tiempos de crisis, toma cuerpo y también coherencia. La aplicación de un IVA cero a libros, periódicos y revistas, tanto impresos como digitales.

El ejemplo sueco
Muchos han cuestionado que esta única medida sirva para paliar este déficit cultural. Pero Antonio María Ávila, de la Federación de Gremios de Editores, es contundente con los dubitativos. «Los lectores que no leen aseguran que es por falta de tiempo o por el precio. Eso es lo que arrojan las encuestas. Pero están claramente poniendo una excusa. Lo cierto es que cuando se ha bajado el IVA ha subido el consumo de libros. El ejemplo más reciente que tenemos es Suecia. Hace cuatro años bajaron doce puntos y las adquisiciones se dispararon doce puntos».

La actual petición se encuentra en el marco del libro verde del IVA, el cual reconoce en la página 19 que es «incoherente» para libros, revistas y diarios. Y como los plazos están abiertos hasta el próximo 31 de mayo, el sector ha elevado esta petición al Gobierno. Antonio Fernández-Galiano, presidente de AEDE, presentó unas cifras que hablan por sí solas. «Para saber qué clase de sociedad estamos formando sólo hay que tener en cuenta la ratio que normalmente utiliza la Unesco: en un país desarrollado se venden cien ejemplares de diarios por cada 1.000 habitantes. En 2000, en España se compraban 106. En 2009 ha descendido a 85, sólo por delante de Italia y Portugal. Quince ejemplares por debajo del umbral del desarrollo».

Hay que sumar otro dato inquietante en esta ecuación y que recoge la declaración llamada «Para leer más, IVA cero»: «El número de lectores de diarios de pago se situó, a comienzos de 2011, el 34 por ciento de la población total de españoles mayores de catorce años reconoció no leer libros nunca o casi nunca, cifras que se mantienen en niveles parecidos en los últimos años. En revistas, la penetración de lectura en 2010 fue del 48,9 por ciento, lo que las sitúa en tasas muy inferiores al resto de países europeos».

Galiano aseguró, por otro lado, que «leemos menos y de manera más dispersa. Hay más población adulta, pero el índice de lectores ahora está descendiendo. Mientras en España hay un 34 por ciento de lectores de prensa mayores de 14 años, en Bélgica hay un 58 por ciento. España lleva muchos años instalada en la cola de Europa, con niveles de país subdesarrollado en esta materia. Impulsar el hábito de leer es una imperiosa necesidad y la mejor forma de protegernos contra la perplejidad».

Mantener el precio
En este panorama, la iniciativa de reducir el IVA podría aligerar una carga y, sobre todo, también acabar con una injusticia que se comete entre los libros impresos y los de edición digital. Los primeros están gravados con un 4 por ciento, mientras en los segundos con un 18. La medida, si bien no ayudaría a rebajar el precio, por ejemplo, entre las publicaciones impresas, sí ayudaría a mantener el actual, lo que supondría una posibilidad de acceder todavía a un mayor público. Respecto a las ayudas que había prometido el Gobierno a la prensa escrita, se mencionó durante la presentación que todavía no se había llevado a cabo ningún plan.

Palabras de una declaración
El sector editorial ha resumido su petición en una declaración escrita. En ella aseguran que «los veintisiete países de la Unión Europea aplican distintos tipos de IVA a libros, periódicos y revistas, lo que crea desigualdades injustas y, lo que es más importante, no contribuye a acercar a los ciudadanos a la lectura». También afirma que «esto requiere una adaptación a los nuevos tiempos y considerar cómo los nuevos formatos digitales propiciados por las nuevas tecnologías comienzan a tener una relevancia esencial y constituyen una importante oportunidad para el desarrollo cultural, y para ello es imprescindible el mismo tratamiento para los soportes analógicos que para los digitales».

En este manifiesto también se asegura: «Es verdad que los tipos españoles no son los más gravosos de la Unión Europea, aunque sí son superiores a los de Reino Unido, Irlanda o Luxemburgo, entre otros. Pero lo que sí es mucho más importante y más grave es la distancia que nuestro país aún mantiene con el resto de Europa en cuanto al número de lectores». Concluyen con un convencimiento: «Los editores estamos plenamente convencidos de que aplicar un IVA cero a la lectura contribuirá a hacerla más accesible». Y termina: «Por eso es una medida que puede y debe ser excepcional».