Reino Unido

Abusar de la cafeína aumenta el riesgo de tener alucinaciones

El consumo elevado de cafeína podría estar asociado con una mayor tendencia a tener alucinaciones, según un estudio de la Universidad de Durham en Reino Unido y que aparece publicado en la revista «Personality and Individual Differences». Las personas que toman niveles elevados de cafeína procedente del café, el te y las bebidas gaseosas son más propensas a padecer experiencias alucinatorias como escuchar voces y ver cosas inexistentes. Los consumidores de dosis elevadas de cafeína, los que toman más del equivalente a siete tazas de café al día, eran tres veces más propensos a haber oído la voz de una persona cuando no había nadie alrededor en comparación con aquellos consumidores de dosis bajas, que toman menos del equivalente a una taza de café al día.

Los investigadores dicen que sus descubrimientos contribuyen a comprender mejor el efecto de la nutrición sobre las alucinaciones. Los cambios en el consumo de alimentos y bebidas, incluyendo la cafeína, podrían ayudar a las personas a combatir las alucinaciones o impactar sobre la frecuencia con la que éstas se producen. En el estudio se preguntó a 200 estudiantes sobre su consumo normal de productos con cafeína como el café, té y las bebidas energéticas así como chocolatinas y comprimidos con cafeína. También se evaluó su propensión a las experiencias alucinatorias y sus niveles de estrés. Entre las experiencias de las que informaron algunos participantes estaban ver cosas que no estaban presentes, oír voces o sentir la presencia de personas fallecidas.

Los investigadores señalan que sus descubrimientos podrían conducir a que la cafeína exacerba los efectos fisiológicos del estrés. Cuando se encuentra bajo tensión, el organismo libera una hormona del estrés llamada cortisol. El organismo libera más cortisol ante el estrés cuando se ha tomado recientemente cafeína. Es este exceso de cortisol el que podría vincular el consumo de cafeína con una mayor tendencia a las alucinaciones. Según explica Simon Jones, director del estudio, «este es el primer paso hacia el estudio de factores más amplios asociados con las alucinaciones. La investigación previa ha destacado una variedad de factores importantes, como el trauma infantil, que podrían conducir alucinaciones clínicamente relevantes. Muchos de estos factores se cree que están vinculados a las alucinaciones en parte por su impacto sobre la reacción del organismo al estrés».

El investigador añade que las alucinaciones no tienen por qué ser un signo de enfermedad mental. «La mayoría de las personas han tenido la experiencia rápida de escuchar alguna voz cuando no hay nadie alrededor y sobre un tres por ciento de las personas las suelen oír de forma regular. Muchas de estas personas se manejan bien con estas sensaciones en su vida normal», concluye Jones.