Belleza

Cuando todo lo que se come se pega a la cintura por José Antonio Vera

Cuando todo lo que se come se pega a la cintura por José Antonio Vera
Cuando todo lo que se come se pega a la cintura por José Antonio Veralarazon

Se lo he oído decir decenas de veces a mujeres y hombres desesperados con esa grasa fea que se empieza a enganchar a la tripa a partir de los treinta y ya no hay quien la elimine. «Todo lo que como se me pega a la cintura». En particular si se come mucho, claro. Pero es verdad que hay personas a las que esto les sucede con mayor facilidad, probablemente por constitución o genética. Ya hemos dicho muchas veces en estas páginas que la grasa visceral es peligrosa, porque se almacena junto a órganos vitales del cuerpo a los que perjudica sobremanera la presencia excesiva de lípidos. Además es antiestética, y de ahí el aluvión de personas que se entrega en estas fechas a los regímenes para poner a raya la barriga. A veces con procedimientos igualmente cuestionables. Hay quien elige siempre el camino en apariencia más sencillo, que no necesariamente es el mejor. Las operaciones de liposucción están en auge. Son eficaces, en efecto, pero no todos los que las practican las hacen bien y con garantías. Ahora se perfeccionan con la aplicación previa de ultrasonidos que destruyen el tejido adiposo subcutáneo sin dañar la epidermis. Hay gente que se las ha hecho con éxito, pero entiendo que antes de acudir a ellas es conveniente intentar la vía más tradicional de quemar grasa mediante dieta y ejercicio. Ayudado con tratamientos colaterales basados en cremas, complementos alimenticios e incluso fajas de vibración, en algunos casos más que eficaces. Una amiga bastante famosa mantiene una cintura de película gracias a estos cinturones de electroestimulación. Se lo coloca cada día por la noche y le equivale a una sesión de 150 abdominales. También toma cápsulas con extracto de pino, te verde y glucosamina marina, al parecer eficaces contra los pliegues abdominales y la piel de naranja. Cuando llegan estas fechas se somete a tratamientos de cabina para moldear el vientre. Lo realizan manos profesionales aplicando primero un exfoliante lipo-reductor, y después mascarillas y cremas que tienen la virtud de acelerar la eliminación del agua y las toxinas, amén de fortalecer los tejidos.


Quizás lo más importante de todo sea la dieta. Y también, por supuesto, evitar el sedentarismo y olvidarse del alcohol. Las bebidas alcohólicas son nefastas para la cintura. Las calorías del alcohol se adosan siempre a los michelines y son muy complicados de eliminar. Con relación a la dieta, hay que olvidarse de las carnes rojas, las grasas animales saturadas, las grasas vegetales hidrogenadas o «trans», los fritos, los rebosados, los azúcares, y por supuesto la bollería, la pastelería, los dulces y los aperitivos. Algo complicado, pues mucha gente se pregunta qué es la vida sin estos pequeños alicientes. Hay que pensar siempre que, amén de la cuestión estética, la grasa abdominal (particularmente la denominada intra-abdominal o profunda) es perniciosa porque aumenta sobremanera el riesgo de padecer diabetes del tipo 2 o de ser afectado por el tristemente famoso síndrome metabólico, que por lo general acaba induciendo a enfermedades coronarias. De ahí la necesidad de tomarse en serio el tema de la dieta. No sólo por lo que no hay que comer, sino por lo que se aconseja: fundamentalmente mucha fruta, zumos naturales, verduras y lácteos descremados, etcétera. Las frutas y verduras contienen gran cantidad de agua y llenan sin aportar calorías. Algunas, como los cítricos, son además «quemadores de grasa», por lo que resulta muy recomendable tomar jugos de limón, naranja o pomelo.
La cuestión del ejercicio tampoco es baladí. Especialmente la gimnasia abdominal, que fortalece los músculos del vientre y sustituye la grasa por fibra. El método Pilates, del que nos ocupamos ampliamente la pasada semana en A tu Salud, es uno de los más recomendados. Pero también nadar, andar deprisa, footing, montar en bicicleta o practicar el remo, entre otros deportes aeróbicos. Son los más aconsejables para hacer frente a esa grasa intra-abdominal que es especialmente resistente.


De manera que lo mejor quizás sea atacar a los lípidos de la cintura con todas las armas y desde todos los frentes, sabiendo que no hay soluciones milagro, y que a veces lo en apariencia más sencillo acaba siendo lo más complicado.
Sucede con facilidad.