Colonia

El hielo sobrevivió al calentamiento

La Razón
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Madrid- Hace 100 millones de años, durante el Periodo Cretácico, la Tierra vivió una de sus etapas más cálidas. En concreto, el planeta tuvo que soportar los años más calurosos desde la aparición de la vida. Lo que los científicos llaman un «super efecto invernadero», un proceso similar al actual calentamiento global, pero más radical. El nivel del mar subió y los efectos del clima se dejaron notar en las especies. Sin embargo, el hielo se mantuvo.

Al contrario de lo que se creía hasta ahora, el «cambio climático» prehistórico no hizo desaparecer los glaciares en los polos. Un estudio elaborado por científicos estadounidenses, británicos, alemanes y holandeses ha desvelado que el hielo se mantuvo.

La investigación, publicada en la edición de esta semana de la revista científica «Science», detalla que, al menos durante un periodo de 200.000 años dentro del Cretácico, conocido como el Turoniano, se mantuvieron los glaciares de la Antártida. Los mantos polares conservaron un tamaño aproximado del 60 por ciento de los actuales. Eso, a pesar de que los niveles de la superficie del mar eran altos y las temperaturas de la superficie marina en los trópicos alcanzaban los 36 grados centígrados (en la actualidad sólo llegan a los 28 grados). El clima era tan cálido, que incluso se ha demostrado que el Ártico era el hábitat de cocodrilos. Sin embargo, los glaciares sobrevivieron.

Evidencias

Con anterioridad se había asumido que los polos no tenían hielo durante los periodos de temperaturas cálidas extremas, aseguran los autores en el artículo. Otros científicos habían postulado la existencia de los glaciares, pero sin datos contrastados. Ahora, el equipo dirigido por el doctor André Bornemann ha combinado información extraída de piedra caliza marina con mediciones de la temperatura del océano para demostrar que los glaciares nunca llegaron a desaparecer.

Los científicos se centraron en el análisis de sedimentos depositados en la zona ecuatorial del oeste del Océano Atlántico. Éstos contenían conchas fosilizadas de criaturas que vivieron en el Cretácico. Con las pruebas químicas efectuadas, los investigadores estadounidenses del Instituto Oceanográfico de Scripps, determinaron la temperatura marina, tanto de la superficie como de las profundidades marinas.

Cambios en el océano

Mientras tanto, el equipo europeo, formado por las universidades de Newcastle (Reino Unido) y Colonia (Alemania), y el Real Instituto de Investigación Marina de Holanda estudiaba la composición de moléculas orgánicas en los mismos sedimentos. Combinando las dos líneas de trabajo, los investigadores determinaron la temperatura y los cambios químicos en el océano. Como consecuencia de las pruebas, determinaron que el hielo de los polos no llegara a desaparecer.

«Nuestra investigación aporta una fuerte evidencia de que existieron grandes extensiones de hielo en algunos periodos del Cretácico, a pesar del hecho de que el mundo era un lugar mucho más cálido de lo que es hoy, o de lo que será en un futuro cercano», señaló el profesor Thomas Wagner, de la Universidad de Newcastle. Para el director de la investigación, el doctor Bornmann, de la universidad de Leipzig, «esta investigación demuestra que ni siquiera los climas supercálidos del Cretácico pudieron hacer desaparecer el hielo».