Conciliación

Mil euros por atender a 32 clientes indignados

La Razón
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Domingo por la mañana. 32 clientes se agolpan ante la barra de una cervecería a las puertas del Palacio Vistalegre de Madrid con la confesada ambición de tomarse un aperitivo y una cerveza minutos antes de que empiece el partido de baloncesto. Misión imposible. Un solo empleado toma nota de los pedidos, sirve las cañas, llena las bandejas, recorre las mesas, las limpia y cobra las vueltas. A cambio sabe lo que encontrará: pocas propinas y muchos reproches. ¿Por qué le han dejado solo ante el peligro? Según los sindicatos, por dinero. Según los empresarios, porque lo que él hace ya no está de moda. De acuerdo con los datos que maneja Comisiones Obreras, el salario base medio de un camarero es de 12.600 euros al año, sin contar los complementos. Bienvenido al club de los «mileuristas».

En los últimos años, el sueldo ha subido entre una y dos décimas por encima del IPC, un aumento insuficiente, según CCOO, para compensar la letra pequeña de este trabajo: precariedad laboral, horarios abusivos y excesiva temporalidad. En la Federación de Hostelería y Restauración, sin embargo, sostienen que el sueldo «no es determinante». «En los años 70 la mejor perspectiva profesional era ser camarero –afirma un portavoz de esta asociación–. Hoy los jóvenes quieren ser «maitres» o cocineros. Los que han cambiado son el país y las oportunidades laborales; ahora se hace muy duro trabajar cuando los demás se lo están pasando bien».