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Feria de Bilbao

Premio para el tesón de Rubén Pinar

LAS VENTAS (MADRID). 6ª de la Feria del Aniversario. Se lidiaron toros de la ganadería de Alcurrucén, bien presentados y encastados. Destacaron el 1º y el 6º. Casi lleno en los tendidos.- Antonio Ferrera, de lila y oro, estocada caída (silencio); dos pinchazos, estocada (silencio).- Matías Tejela, de azul y oro, pinchazo, estocada caída (silencio); estoconazo (silencio).- Rubén Pinar, de blanco y oro, estocada delantera (oreja); estocada (oreja).

Premio para el tesón de Rubén Pinar larazon

Las Ventas tiene una percepción especial para distinguir a los toreros que acuden a ella con auténtica entrega y ganas. Rubén Pinar conectó inmediatamente con el personal y lo conquistó al exponer mucho a sabiendas del peligro de su primer toro. Estaba dispuesto a lo que fuera, consciente de que era el último cartucho por quemar, y a fe que lo utilizó poniendo el corazón por delante. Le faltan muchos detalles que pulir, pero eso se aprende: el valor y las ganas nacen de dentro. Ferrera no se entendió con el buen primero, con el que no se cruzó ni dejó la muleta adelantada para templar los pases. Ahí se le fue la faena. Tampoco pudo con el rabioso cuarto, al que había que superar. Tejela debió triunfar con el segundo, que repuso las embestidas; no le corrigió el defecto a fuerza de plantarle el engaño y mandarlo. Se dejó desbordar por el bronco quinto que, cuando lo dirigió, fue largo. Estuvo voluntarioso Ferrera lidió con voluntad al buen primero, aunque banderilleó con los palos descolocados. Inició la faena a la altura del tendido cinco con muletazos diestros de irregular colocación ya que no se cruzó y los pases resultaron separados. Continuó en la misma tónica con la diestra, voluntarioso pero rapidillo. Las tres tandas con la izquierda, valerosas aunque con el mismo defecto, que de no haber existido los muletazos hubieran sido ceñidos y emocionantes. Labor pundonorosa pero por debajo de las excelencias del animal. Banderilleó con emoción al cuarto, al que no llegó a dominar a causa de la cortedad y la brusquedad del animal. Lo intentó por ambos pitones, sin fijeza ni dominio. La res necesitaba más decisión en los cites y, por supuesto, al final de los embroques. Puso voluntad, nada más. Muy violento Tejela, con el segundo, que reponía mucho la arrancada, estuvo decidido y serio. Le faltó poderle, es decir, llevar la acción, dando un paso adelante y no quitarle la muleta del hocico. El animal repetía con violencia y lo puso en aprietos en varias ocasiones. Con el bronco, pero de larga arrancada, quinto, se vio un tanto desarbolado. Intentó muletazos con la diestra, pero con el defecto de dejar la muleta atrás al final de cada uno. El toro, codicioso, la seguía, descolocándolo. No había que perderle la cara y estar siempre por encima de las acometidas del animal, lo que no hizo Tejela, limitándose a dar pases, siempre al aire del toro, por lo que la faena resultó indecisa. Estoconazo. Rubén Pinar cortó la oreja del tercero a fuerza de insistir por ambos pitones y quedarse muy quieto. El toro no repetía las arrancadas y se quedaba corto al segundo pase. Pinar, siempre desde cerca, tragó mucho y el personal lo agradeció. Lo más aplaudido, las manoletinas finales. Igual o más decisión le echó al buen sexto, al que dio muchos muletazos, unos mejores que otros pero todos valientes. Debe cruzarse más y dejar el engaño en su sitio para ligar las series con desahogo. Palió esos defectos con su férrea voluntad de triunfo. Poco temple que el público no tuvo en cuenta, dado el derroche de arrojo que puso en la palestra. Ya aprenderá, pero mientras le eche esa casta, disfrutará del beneplácito del público, que está deseando que salgan toreros con ilusión y ganas de triunfo. más decisión le echó al buen sexto, al que dio muchos muletazos, unos mejores que otros pero todos valientes. Debe cruzarse más y dejar el engaño en su sitio para ligar las series con desahogo. Palió esos defectos con su férrea voluntad de triunfo. Poco temple que el público no tuvo en cuenta, dado el derroche de arrojo que puso en la palestra. Ya aprenderá, pero mientras le eche esa casta, disfrutará del beneplácito del público, que está deseando que salgan toreros con ilusión y ganas de triunfo.