Nueva York

Sarah Palin: la «diva» que aspira a ser «reina»

La aspirante republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos, Sarah Palin, se ha ganado entre sus críticos el apelativo de "diva"aunque ella sugirió esta semana que en realidad aspira a ser "reina". La gobernadora de Alaska aseguró el miércoles que planea seguir en la escena política nacional independientemente de si ella y el candidato presidencial republicano John McCain, rezagados en las encuestas, ganan las elecciones el martes que viene. "No estoy haciendo esto por nada", dijo el miércoles a la cadena de televisión ABC, en unas declaraciones que han desatado la especulación de que podría intentar competir por la Presidencia en el 2012.
A sus seguidores de las bases más conservadoras del partido, la posibilidad les entusiasma, como quedó claro el lunes durante un mitin de Palin en Virginia, donde varios de sus partidarios bramaban "Sarah Oh-Twelve!"(Sarah para el 2012). 
Nadie duda de que Palin, una conservadora próxima a la derecha religiosa del país, emociona, por ejemplo, a personas como Charleen Sciolaro, una ex funcionaria jubilada que asistió el lunes al mitin suyo en Leesburg. "Ha puesto a las bases conservadoras al rojo vivo", dijo a Efe Sciolaro, quien al igual que muchos asistentes al acto aseguró conectar con la gobernadora porque habla, explicó, su mismo idioma.
Pese al entusiasmo en Leesburg, lo cierto es que Palin, una firme opositora al aborto, defensora del libre mercado, la exploración petrolífera de alta mar y el derecho a tener armas, despierta pasiones encontradas dentro de las filas de su propio partido. El ex secretario de Estado republicano Colin Powell dejó constancia de que Palin, quien reveló su limitado conocimiento del mundo y de la propia política nacional durante varios momentos de la campaña, es una figura polémica entre los conservadores, al afirmar que su nombramiento fue uno de los motivos que lo llevó a apoyar la candidatura presidencial del demócrata Barack Obama. Pese a las críticas, Palin tiene partidarios no sólo entre las bases sino también entre algunos pesos pesados del partido. "Es pura dinamita", dijo esta semana al diario "The New York Times"Morton Blackwell, un ex asesor del presidente Ronald Reagan, quien cree que la imagen de Palin no se ha visto dañada entre el sector más conservador del partido.
Brent Bozell, presidente del Media Research Center, un grupo conservador, recordó al Times que pocos han logrado "electrificar"a las bases como lo ha hecho Palin. Para Stefen Schmidt, profesor de la Universidad de Iowa, el futuro de Palin dependerá de cómo acabe "la guerra civil"que promete desencadenarse entre los republicanos si, como auguran la mayoría de sondeos, el partido pierde las elecciones presidenciales y legislativas el próximo 4 de noviembre. "Hay tres facciones listas para librar esa guerra", dijo a Efe Schmidt. En uno de esos bandos están los libertarios, progresistas en temas sociales, no intervencionistas en política exterior y conservadores en asuntos fiscales y entre los que destaca el legislador tejano Ron Paul. El segundo grupo lo integra la derecha religiosa, cuyo estandarte podría enarbolar Palin en el 2012 y que cuenta entre sus fieles al ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee. La tercera facción, explicó Schmidt, está integrada por el mundo empresarial republicano que representarían figuras como el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani o el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney. Pero Conrad Fink, profesor de la Universidad de Georgia, descartó que Palin emerja como líder tras la previsible lucha por el liderazgo. "Sinceramente, no creo que tenga la profundidad o la fuerza política para seguir avanzando", indicó, a lo que añadió que, si McCain pierde, ella cargará con gran parte de la culpa. Erwin Hargrove, profesor emérito de la Universidad Vanderbilt (Tennessee), señaló a Efe que Palin puede tener futuro en la política, incluso como senadora, pero descartó que su figura sea lo suficientemente aglutinadora como para alzarse en líder."La base conservadora no es lo suficientemente amplia para dar la mayoría a los republicanos", insistió Hargrove. Siempre queda, eso sí, el socorrido recurso del "giro al centro".