Ferias taurinas

Y los sueños sueños son

La Razón
La RazónLa Razón

Por fin nos espera, ¡qué nerviosismo! una maravillosa Feria de San Isidro. Tras maltratarnos año tras año, los gestores, en sus últimos días al frente del negocio, han encontrado la fórmula magistral y han dado con la bala en mitad de la diana. Nunca es tarde para enmendarse y arreglar los desaguisados.Y así, tras años de soportar horribles ferias, con malos carteles, vamos a asistir este año a un serial de festejos de altísimo nivel, digno de la sufrida afición madrileña, de la categoría de la plaza de Las Ventas y a buen seguro con el propósito de que no podamos dejar de considerar a la plaza de Madrid como "la mejor plaza del mundo". Ahora las cosas han cambiando y ya vamos a recuperar el prestigio perdido en anteriores ediciones. Todo llega en la vida y este año puede ser, al fin, de locura colectiva. La Feria de San Isidro de 2009, maciza donde las haya, quedará ya para siempre como modelo de excelente programación, de carteles interesantes, con menos festejos que otras veces, ¿para qué tantos? , todos rematados y ya sin el estrambote de ese invento, impuesto revolucionario, de la feria del Aniversario, que, por cierto ya nadie sabe de qué o de quién.Dado el máximo nivel de la Feria, cuesta decantarse por algún festejo en particular, pero, puestos a elegir, me quedo, tanto con el mano a mano entre Morante y José Tomás, por cierto otra vez premio Paquiro, como con la corrida que acartela al diestro de Galapagar con Enrique Ponce. Emoción a raudales. Hagan cola, señores.