La Policía y el Ejército dan la espalda a Morales

La Policía que hasta el momento se había mostrado siempre fiel a Evo Morales, ha cambiado su postura. Se trata de los mismos agentes que hace semanas reprimieron algunas de las marchas más violentas en las sucesivas huelgas de mineros en Potosí, o que estuvieron al pie del cañón cuando los indígenas se levantaron en armas evitando que se construyera una enorme carretera que cruzaría el Amazonas. Sin embargo, está vez, las tornas han cambiado.

Este sábado tras ser asediados, por una muchedumbre que clamaba “cabeza de Evo” frente al Palacio Presidencial, tomaron la decisión de desistir. Ya sea por convicción, por sueldos bajos o por verse mermados ante la marabunta, bajaron los brazos y se unieron a las “huestes”, denominados así los grupos de ciudadanos contrarios a Evo Morales . El comunicado de la Policía boliviana se produjo desde la comandancia después de que se filtrara que la auditoria de la OEA no estaba dando los resultados esperados. “El fantasma del fraude” revolotea sobre el país andino.

El Presidente quedó tan solo protegido por “una guardia pretoriana” de apenas cinco hombres de confianza. La rebelión pronto se extendió alas demás regiones –nueve en total- con especial énfasis en Cochabamba y Santa Cruz.

Poco después el comandante de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, confirmó que no reprimiría a la población. Evo Morales estaba solo. Hasta el momento el conflicto continua. Y con un comunicado que reza: La policía solicita al ejército que también se rebele hasta que Morales presente su renuncia.