Alemania

Guerra interna en la CDU por la sucesión de Merkel

La salida de AKK abre una crisis de identidad en los democristianos alemanes. El sector derechista y crítico con la canciller lucha otra vez por hacerse con las riendas del partido

Friedrich Merz, un viejo enemigo de Angela Merkel, se perfila como uno de los candidatos a suceder a la dimitida Annegret Kramp-Karrenbauer como presidenta de la CDU/EPA
Friedrich Merz, un viejo enemigo de Angela Merkel, se perfila como uno de los candidatos a suceder a la dimitida Annegret Kramp-Karrenbauer como presidenta de la CDU/EPAHAYOUNG JEONEFE

La prensa alemana aseguró ayer que la renuncia de Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK) provocó desconcierto y un largo silencio entre los líderes del partido que, no obstante, desvirtuó en un cierto alivio. Tras días de tensiones por lo acontecido en Turingia, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel se enfrenta a una lucha de poder aunque con el consuelo de ver resuelto el factor que muchos entendieron como el causante de los problemas de la formación conservadora y que, curiosamente, coincide con el sentir del electorado. Según una encuesta de «Der Spiegel», una mayoría ve acertado el paso dado por AKK y solo un 10% define como «equivocada» su decisión.

La pregunta que va ahora de un lado a otro de la CDU es cuándo se revolverá el tema del liderazgo. El propósito de AKK es que se defina en los próximos meses quién será el candidato del bloque conservador a la Cancillería y someter, ya en diciembre, esa decisión y su ratificación como nuevo presidente del partido al congreso federal. Demasiado tiempo para algunas facciones del partido que, como la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), instaron a un rápido esclarecimiento de la sucesión.

Hasta entonces, y entre los nombres que suenan como posibles aspirantes, están Friedrich Merz, enemigo interno histórico de Merkel, quien ya luchó por asumir el liderazgo del partido en 2018. Entonces fue derrotado por un estrecho margen por AKK. Merz representa al ala más derechista de la CDU, lo mismo que quien fue entonces el tercer aspirante en liza, Jens Spahn. El joven y actual ministro de Salud se ubica en el ala derecha del partido y en el campo anti Merkel, a quien no dudó criticar en 2015 por su política migratoria. Sin embargo, su edad, 39 años, y su homosexualidad pueden costarle votos en un partido muy conservador en los temas sociales. A estos dos posibles aspirantes se sumaría, según los medios alemanes, el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, considerado más cercano a la línea de la Merkel y con buenas relaciones con los sectores más conservadores del partido por su lucha contra las bandas criminales. También al líder de la CSU y primer ministro de Baviera, Markus Söder, se le atribuyen aspiraciones para ser el candidato del bloque conservador.

El camino no se intuye fácil. Ayer mismo, Alternativa para Alemania (AfD) anunció que emprenderá acciones legales contra Merkel por sus declaraciones sobre la crisis política de Turingia, en la que criticó la elección de un liberal gracias al apoyo de la ultraderecha. «Presentaré una denuncia contra Merkel por coacciones al primer ministr, anunció el jefe del grupo parlamentario de la AfD en Turingia, Björn Hoecke, que sigue la línea marcada por la dirección nacional, que también prevé presentar una queja por las supuestas «coacciones» de la canciller. En concreto, la formación ultra recrimina a Merkel las críticas pronunciadas durante un viaje a Suráfrica en la que calificó de «imperdonable» la elección del Thomas Kemmerich gracias a la suma de los votos ultras y democristianos.