
Guerra comercial
Del mal menor al golpe sectorial: el arancel del 15% a la UE costará a España un 0,15% del PIB pero castigará con especial crudeza a sectores clave
El acuerdo comercial de la UE y EE UU evita el desastre, pero deja a España con una factura de más de 2.000 millones

Del susto al suspiro: el sector exportador español esquiva la bala de un arancel del 30%, pero aún sangra por el 15%. El nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea no ha dejado a nadie indiferente. Aunque Bruselas celebró haber evitado un escenario de guerra comercial, en España las reacciones van desde la indignación hasta la resignación. Entre el campo y la industria se alzan voces críticas que alertan del coste económico y la pérdida de competitividad. El Ibex, anticipando su impacto negativo, cerró ayer con un retroceso del 0,12%, no obstante, el más moderado de los selectivos europeos, entre los que el mayor perjudicado fue Alemania. Este retroceso más leve se respalda en que, según los expertos, el impacto de los aranceles será limitado en España.
La Cámara de Comercio de España recuerda que la balanza comercial entre España y Estados Unidos ya era deficitaria, es decir, España importa más de lo que exporta, y apenas un 5% de las exportaciones españolas tienen como destino el país norteamericano. Estas representan alrededor del 2,3% del PIB frente al 4,6% que suponen de media para la UE. Pese a ello, el daño será de millones y millones de euros. El impacto económico de los aranceles del 15% impuestos por Estados Unidos a productos europeos podría traducirse, en el caso de España, en una pérdida de hasta el 0,15% del PIB, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre 1.500 y 2.000 millones de euros. Este cálculo coincide con las proyecciones del servicio de estudios de CaixaBank, que eleva el efecto total a más de 2.000 millones.
La afectación será más palpable en sectores estratégicos como el agroalimentario y en subsectores que tienen más del 5% de su negocio exterior en EE UU, como ocurre con las piezas de coches, los electrodomésticos y los aparatos mecánicos. En el caso del agroalimentario, exporta anualmente a EE UU más de 3.300 millones de euros en productos. La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) calificó el acuerdo de «injusto y desequilibrado», alertando del riesgo que supone para la viabilidad de las exportaciones. «Es mejor que una guerra comercial, pero rompe el equilibrio del libre comercio», lamentó su presidente, Ignacio Silva, reclamando medidas de apoyo urgentes para pymes.
Los productos más vulnerables son el vino y el aceite de oliva. Según la FEV (Federación Española del Vino), el mercado estadounidense fue en 2024 el principal destino para los vinos envasados españoles, con ventas por 390 millones de euros. El arancel del 15% podría traducirse en una caída de las exportaciones de hasta el 10%, agravada por la depreciación del euro frente al dólar.
El aceite de oliva, por su parte, enfrenta una amenaza crítica. España exporta más de 1.000 millones de euros anuales en aceite a Estados Unidos, un mercado que importa unas 430.000 toneladas al año, de las cuales 300.000 provienen de origen español, directa o indirectamente. La asociación Asoliva avisó de que el nuevo coste podría desviar la demanda hacia países como Marruecos o Turquía, más competitivos en precio y con menores aranceles.
A pesar de que España no exporta automóviles terminados a EE UU, sí lo hace con componentes clave que se ensamblan en otros países europeos. Estos productos, una vez transformados en vehículos, son exportados al mercado estadounidense. El nuevo arancel penaliza así indirectamente a las cadenas de valor industriales de las que España forma parte, generando un efecto rebote que podría afectar al empleo y a la producción en el país. Lo mismo ocurre con bienes intermedios como semimanufacturas y productos tecnológicos o médicos, cuya demanda podría verse reducida.
La patronal europea del acero, Eurofer, por su parte, advirtió que el acuerdo arancelario es dramático porque Washington mantiene un arancel del 50% sobre este tipo de productos. En España, la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid) pidió «claridad» y reclamó ayudas urgentes para las empresas afectadas. Pese a ello, el consenso entre los expertos y representantes políticos es que el acuerdo, aunque imperfecto, no representa un gran riesgo para España.
Dañino pero con un impacto moderado
El Club de Exportadores e Inversores valoró positivamente el hecho de haber evitado aranceles más altos, aunque reconoció que algunos sectores verán caídas del 10% en sus ventas. «El sobrecoste es asumible, pero exige medidas de acompañamiento», insistió. Por su pare, el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, afirmó que el impacto será «moderado» y que incluso la economía estadounidense podría sufrir más que la europea. Eso sí, advirtió de que este tipo de medidas refuerzan la tendencia global hacia la restricción comercial. Desde el Gobierno, el presidente Pedro Sánchez respaldó el pacto, pero «sin entusiasmo», subrayando que Europa debe «ponerse las pilas» en autonomía estratégica.✕
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