Coronavirus

Récord de asesinatos en México pese al coronavirus

El país registra 2.585 homicidios en un mes mientras las fuerzas de seguridad se vuelcan en combatir la pandemia

Guardia Nacional Vigila Playas Mexicanas Por Covi-19
Miembros del Ejército, Marina y Guardia Nacional vigilan la zona hotelera y las playas en el balneario de Acapulco en el estado de GuerreroDavid GuzmánEFE

La paralización del país consecuencia de la crisis del coronavirus no ha conseguido ralentizar la violencia criminal que golpea a México desde hace más de una década. En plena crisis del Covid-19 con medio país parado, los homicidios siguen creciendo y el mes de marzo ha dejado un nuevo récord sangriento: 2.585 homicidios dolosos en 31 días, la cifra más alta desde que se llevan a cabo registros, hace más de dos décadas. Nunca en un solo mes se había matado tanto.

Aunque México no ha decretado por el momento una cuarentena obligatoria, las autoridades recomiendan desde hace semanas quedarse en casa, todas las actividades no esenciales están detenidas y las calles lucen semivacías. El país está detenido pero la violencia continúa imparable. El pasado sábado 28 de marzo, cuando el portavoz del gobierno para el coronavirus Hugo López Gatell dijo que era la última oportunidad para detener al virus y rogó que la gente se quedase en casa, fallecieron 102 personas por homicidio doloso. El 31 de marzo, el mismo día que el gobierno decretaba la emergencia sanitaria nacional, mataban a 80 personas: 14 en Guanajuato y 8 en el Estado de México, Jalisco y Michoacán, respectivamente, los estados más golpeados.

Según los expertos, la situación actual puede llevar al aumento de algunos delitos. Medidas preventivas que están en vigor como el cierre de la frontera entre Estados Unidos y México a todos los cruces no esenciales puede aumentar la tensión entre grupos criminales por el control de territorios en el país. Los ingresos que reciben por extorsión a negocios están bajando porque muchos establecimientos están cerrados así que es probable que busquen formas nuevas de ganar dinero.

Uno de los riesgos principales es que las autoridades tengan que desviar recursos para atender la crisis del Covid-19. Por ahora la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ha anunciado el despliegue de 81.000 Guardias Nacionales, la totalidad del cuerpo, para atender la crisis derivada de la expansión del virus. Reforzarán la seguridad en zonas habitacionales, corredores de abasto de alimentos y productos básicos y resguardarán instalaciones estratégicas.

Las restricciones en México, que incluyen la suspensión de clases, el cierre de playas y espacios públicos, y la protección de personas mayores y grupos de riesgo continuará al menos hasta el 30 de abril. Al el cierre de esta edición México se encuentra en la fase 2 de la expansión de la enfermedad, ha confirmado 1688 positivos por coronavirus y 60 fallecidos.

Una escalada continua

Hablar de cifras récord de violencia se ha vuelto cotidiano en México. El pasado año 2019 fue el que registró más homicidios desde 1997: 34.582 víctimas de enero a diciembre según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el organismo oficial encargado de hacer el conteo. El actual presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al poder a finales de 2018 con la promesa de reducir la violencia, pero no ha conseguido cortar la tendencia ascendente.

Para entender la deriva violenta en México hay que retroceder hasta 2007. El 3 de enero el entonces presidente, Felipe Calderón, del conservador Partido de Acción Nacional viajó a una base militar en el estado de Michoacán y vestido de uniforme militar le dijo al país que a partir de entonces los militares harían de policías y se encargarían de la seguridad pública para “detener el avance de la delincuencia”. Hacía meses que el estado vivía una situación insostenible con decenas de policías asesinados y cabezas cortadas en locales nocturnos.

El año 2007 cerró con 10.253 homicidios dolosos en todo el país. Desde entonces los militares no han regresado a los cuarteles, han seguido enfrentado al crimen organizado, una tarea para la que nunca han estado entrenados, y las cifras de homicidios no han parado de crecer, con ligeros vaivenes, en una clara dinámica ascendente hasta el día de hoy.