Estados Unidos
El empleo se desploma en EE UU por la pandemia
Casi 17 millones de trabajadores ha solicitado el subsidio de paro en las últimas tres semanas
El empleo se desploma en Estados Unidos al mismo ritmo que el brote del coronavirus y sus medidas para evitar su propagación en el país. Con más del 90% de los estadounidenses confinados, cerca de 300 millones de personas, el desempleo ha experimentado en las últimas tres semanas un dramático ascenso sin precedentes: más de 16 millones de trabajadores han solicitado ayudas por desempleo.
A medida que la pandemia continúa con su devastadora marcha estado por estado del país, otros 6,6 millones de empleados han solicitado beneficios por paro esta semana pasada, uniéndose a los más de 10 millones de las dos semanas anteriores, según los datos más recientes del Departamento de Trabajo de Estados Unidos. El impacto del Covid-19 está arrasando con fuerza en el país, afectando dramáticamente tanto a la salud (más de 430.000 contagiados y cerca de 15.000 muertos) como a la economía estadounidense.
Son las «muy dolorosas» consecuencias del coronavirus a su paso por EE UU, que auguraba el presidente Donald Trump hace unos días al adelantar cómo serían estas próximas semanas. De hecho, de manera paralela a la peor semana hasta ahora desde el punto de vista de las víctimas mortales por coronavirus se une también la peor semana de la que se tiene constancia en toda la historia del registro de desempleo de Estados Unidos.
Hasta este inicio de año, el mayor ascenso de desempleo se produjo durante la recesión de 1982, cuando un total de 695.000 personas solicitaron la prestación. Y en apenas dos semanas de este pasado marzo se produjeron más altas que durante los primeros meses de la Gran Recesión, la crisis económica mundial que se originó en 2008 en Estados Unidos. Ahora, casi 17 millones de estadounidenses se encuentran confinados en casa, sin trabajo y con la necesidad de recibir apoyo económico para afrontar esta crisis sanitaria y económica sin precedentes.
Se calcula que el 60% de los estadounidenses vive al día, es decir, depende del conocido como «cheque de pago» mensual para cubrir sus necesidades básicas todos los meses. Además, se calcula que cerca de 28 millones de estadounidenses carecen de seguro médico.
2,3 billones de dólares en estímulos de la FED
Bajo ese contexto, la Reserva Federal anunció que inyectará otro estímulo de 2,3 billones de dólares a la economía del país a través de préstamos bancarios, nuevos programas y la ampliación de otros ya existentes que den alivio al sufrimiento tanto de gobiernos estatales y locales, como de empresas y familias afectados por el impacto del coronavirus.
Y es que la pandemia ha puesto el cierre a prácticamente todos los negocios no esenciales a lo largo y ancho del país, dejando tanto a trabajadores fijos como a empleados de nuevas contrataciones de diversas industrias sin empleo y sin sueldo.
Algunos Estados, como Florida o Texas, ordenaron ciertas estrictas medidas de precaución para evitar la propagación del virus hace apenas unos días, como el cierre de esos negocios no esenciales o la recomendación de que la población permanezca en casa. Por lo que se espera que las cifras de desempleo sigan aumentando drásticamente durante las próximas semanas.
Sin haberse dado a conocer todavía la tasa oficial de desempleo en el país, se estima que podría rondar el 13%, según dio a conocer el «Washington Post» tras una conversación con la ex presidenta de la FED, Janet Yellen, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Otro mínimo histórico no registrado en más de medio siglo.
Donald Trump, quien desde el principio del brote dio claras muestras de priorizar la economía del país por encima del alto riesgo del desconocido virus, se vio obligado a cambiar el tono de sus intervenciones y a tomar medidas para proteger la salud de los estadounidenses conforme aumentaban los casos de contagio y el número de víctimas mortales. Ahora la finalidad principal es «salvar vidas», aseguró el presidente de Estados Unidos.
Y es que Trump podrá justificar los resultados económicos con una pandemia que acecha inevitablemente a más de 200 países de todo el mundo. Incluso, fiel a su estilo, sabrá encontrar la manera de buscar culpables. Sin embargo, no podrá defender una mala gestión de la mayor crisis sanitaria de la historia reciente de EE UU si aumentan los muertos por encima de las estimaciones, sin que haya hecho todo lo posible por evitarlo. Éste es un año electoral y Donald Trump aspira a su reelección en noviembre.
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