Coronavirus
Mascarillas y guantes: hemos inventado una nueva forma de contaminar
Desde diversas partes del planeta se habla de cientos de millones de estos medios de protección tirados en calles y playas que podrían contagiar a más personas
Todo el mundo está muy contento porque parece que no todo en la pandemia ha resultado ser malo. El confinamiento de miles de millones de personas ha conseguido que el planeta respire y recupere algo de su esencia original. El cielo de Madrid ha conseguido retomar un cierto color azul, que había perdido en pos de una horrorosa “boina” entre amarilla y grisácea, que nos impedía entender la palabra horizonte. Lo mismo ha sucedido en Los Ángeles. Los animales salvajes han vuelto a ocupar los pueblos y algunas ciudades; la gente no recuerda la última vez que vio un alce, un jabalí e inclusoun león. El suelo verde de algunas zonas urbanas se ha recuperado de tantos años debajo de las suelas de los peatones y los neumáticos de los coches. Incluso la gente está asustada de que los canales de Venecia pudieran tener fondo más allá del metro verduzco de agua estancada y llena de basura de los turistas.
Pero lejos de quedarse así, creyendo que invertíamos el cambio climático, desde todos los países llegan avisos de que el suelo y las playas que habíamos conseguido limpiar de basura y restos de nuestra presencia, ahora se ha llenado de miles de guantes y mascarillas desechados. Se trata de medidas de defensa ante el contagio por coronavirus, y cualquier contacto puede poner en peligro a aquellas personas que los cojan o recojan. Casi la totalidad de los países ya han optado por la obligatoriedad o la opcionalidad de llevarlas en las salidas de casa para ir a trabajar o a comprar, con lo que las unidades usadas se cuentan ya por cientos de millones.
Según “The Washington Post” este fin de semana una mujer de Connecticut publicó una foto en una pradera de la zona donde vive en la que parece que hay miles de flores de colores, pero son cientos de guantes de goma de distintos colores.
En Wallingfor, Inglaterra la familia de Ann Terri denunciaba la desoladora imagen de un aparcamiento cercano a un supermercado donde la gente se deshizo de guantes y mascarillas sobre el césped. “Los empleados de un concesionario cercano de Honda tiene que limpiar diariamente todos los guantes sucios y la basura. Esto es absolutamente vergonzoso”.
Una de las llamadas de atención más importante ha sido la que se ha hecho desde Hong Kong, con 7 millones y medio de habitantes, y con el uso habitual de mascarillas desechables. Obviando las recomendaciones para deshacerse de ellas, las han ido tirando en cualquier sitio y han acabado en los desagües y finalmente en el mar. Todas ellas llevadas por las mareas han viajado la distancia de 20 kilómetros, mar adentro, hasta las Islas Soko quedando almacenadas en sus playas. El fundador de la ONG Oceans Asia, Gary Stokes, ha denunciado públicamente en las redes sociales que, durante su campaña en la zona contra el vertido de microplásticos, se han encontrado una cantidad de mascarillas y guantes “alarmante” como se puede comprobar en las fotos y vídeos que han facilitado.
Italia ha sido de los primeros países europeos en poner el grito en el cielo porque calculan que actualmente necesitan usar unos 90 millones de mascarillas por mes. Denuncian además que la moda se ha subido al carro por su recomendación y que casi será el complemento de moda en los próximos meses, y ya se fabrican de todos los colores y materiales; hasta las marcas de moda se han apuntado a su fabricación como una prenda más, que incluso veremos en las próximas pasarelas internacionales.
Avisan de que pasaremos, por su sobre utilización y deshecho, de ver a animales con la cabeza metida en trozos de plástico a tortugas con mascarilla y guantes. “En Italia hay muchas empresas textiles grandes y medianas, del Norte al Sur, que han tomado medidas para convertir y producir rápidamente los servicios de salud que tanto necesitan. La diferencia es que parte de las máscaras “Made in Italy”, a diferencia de las producidas en China, no son desechables, pero son reutilizables y lavables”, indican desde Agenzia Italia. El mismísimo “La Stampa” se pregunta, “Alarma de contaminación: ¿cómo eliminaremos 100 millones de máscaras por día?”
En Boston, el Departamento de Obras Públicas ha publicado fotos de sus trabajadores completamente protegidos agachados en el suelo mientras le ruegan a la gente que por favor no tire al suelo sus equipos de protección. “Sea respetuoso con sus vecinos y deseche la basura adecuadamente. ¡No tires basura!”, dice el post. En algunas ciudades la policía está multando a los ciudadanos que tiren esta basura donde no corresponde. El pasado lunes, el pueblo de Yorktown (Nueva York) duplicó la sanción elevándola a 1,000 dólares por el primer delito. “No es como si estuvieran tirando envoltorios de dulces. Están tirando desechos médicos: guantes de goma usados y máscaras faciales que podrían estar contaminadas con coronavirus”, explicó en un comunicado Matt Slater, supervisor de la comunidad.
Michael Reilly, republicano que representa a Staten Island en la asamblea de Nueva York, tuiteó recientemente en su cuenta que estaba “disgustado” al encontrar guantes y máscaras esparcidas por un estacionamiento. “Esos cerdos piensan que está bien dejar que los trabajadores los recojan”, escribió en Twitter. El alcalde Paul Heroux de Attleboro (Massachusetts), también se ha hecho eco de esta plaga de contaminación urbana y comenzó a publicar fotos de denuncia en su página de Facebook, instando a los residentes a ser más considerados.
Gestión de residuos
En España hay directrices muy claras sobre cómo el Gobierno gestiona el tratamiento, retirada y destrucción de los llamados residuos sanitarios, aunque durante la pandemia de Covid-19, las autoridades han tenido que implementar medidas extraordinarias por el volumen de ellos que se genera. Al considerarse infecciosos, se gestionan por la Orden SND/271/2020, de 19 de marzo, por la que se establecen instrucciones sobre gestión de residuos en la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Esta Orden Ministerial puede consultarse en este enlace.
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