Arrecian las críticas al Gobierno de Johnson por no sumarse a la compra de mascarillas con la UE

Las críticas del personal sanitario ante la falta de medios están poniendo a Downing Street contra las cuerdas. Y la situación no va hacer otra cosa que empeorar, ya que el Reino Unido aún no ha llegado al pico de la pandemia, que se espera para aproximadamente el 20 de abril.

La Asociación de doctores del Reino Unido señaló ayer que, a pesar de las promesas del Gobierno, todavía hay escasez de túnicas, gafas, mascarillas y guantes, entre otras cosas, en muchos puntos del país. En este sentido, denuncian que solo el 52% de los médicos que realizan los procedimientos de mayor riesgo con los pacientes de Covid-19 tiene la protección adecuada.

Por su parte, según el Real Colegio de Cirujanos, el 32,5% de estos profesionales no cuentan con suficiente protección. Y el Real Colegio de Enfermería ha aumentado la presión aconsejando incluso a los sanitarios a negarse a tratar a los pacientes con coronavirus “como último recurso” si no pueden acceder al equipo completo que necesitan.

Las quejas coinciden además con la exclusiva publicada por “The Guardian” donde se revela que Londres perdió hasta tres oportunidades de sumarse al plan comunitario de compra a gran escala de equipación sanitaria. En un principio, Downing Street echó la culpa a un error de comunicación, ya que Bruselas mandó un email a una dirección de correo ya en desuso. En cualquier caso, cuando se notificó el fallo, los funcionarios británicos no asistieron luego a una reunión celebrada el pasado 25 de marzo, donde los participantes fueron invitados a explicar a la Comisión europea sus requisitos para futuras compras.

Por lo tanto, el Reino Unido también se ha quedado fuera de la adquisición conjunta de equipos de laboratorio. La UE está ahora planeando la compra de terapias para el coronavirus, pero el Número 10 aún no ha aclarado cuál será su posición al respecto. Aunque el pasado 31 de enero el país abandonó oficialmente el bloque, a efectos prácticos sigue siendo estado miembro, como mínimo, hasta diciembre.

Al cierre de esta edición, el Reino Unido sumaba ya 12.107 muertes por Covid-19 (778 en las últimas 24 horas), según los datos del Gobierno, que incluye sólo hospitales. Con todo, según la Oficina Nacional de Estadística, la semana del 27 de marzo al 3 de abril ha sido la más trágica en Inglaterra y Gales desde que comenzaron los registros de fallecimiento en 2005.

Durante estos siete días, 16.387 personas perdieron la vida (por diferentes causas, entre ellas, cáncer). Una cada cinco muertes están vinculadas al Covid-19, lo que supone 3.475. Mientras el 90,2% de los casos ocurrieron en hospitales, el resto fueron en hospicios, domicilios privados y sobre todo residencias de ancianos.

Extensión del confinamiento

El pasado lunes se cumplieron las tres primeras semanas de confinamiento impuestas por Downing Street. El Gobierno tiene legalmente de plazo hasta el jueves para valorar la situación, pero ya ha avanzado en repetidas ocasiones que “no es el momento de relajar las medidas”.

Se da por hecho que el confinamiento continuará hasta el 7 de mayo. En cualquier caso, el mayor reto es evitar la propagación del virus sin dañar por completo la economía. Y la ecuación en este sentido es complicada. Según la Oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR por sus siglas en inglés), la economía británica podría sufrir una caída récord del 35 % en junio, debido a los efectos de la pandemia.

El desempleo escala hasta el 10%

Las estimaciones de OBR parten de que la paralización de la actividad económica duraría tres meses, un escenario en que el desempleo alcanzaría el 10 %, desde el 3,9 % en que se sitúa actualmente.

El panorama estudiado por OBR incluiría además otros tres meses de restricciones parciales, lo que elevaría la deuda del país hasta los 273.000 millones de libras (308.000 millones de euros) o el 14 % del PIB en este año financiero. Se trataría así del mayor déficit como porcentaje del PIB desde la Segunda Guerra Mundial.