Bruselas

Bruselas desaconseja nuevos cierres en caso de una segunda ola en otoño

La Comisión recomienda adelantar la campaña de vacunación de la gripe, aumentar los test y garantizar los suministros médicos

El virus sigue circulando. La Comisión Europea alertó ayer sobre la posibilidad de rebrotes de coronavirus tras el fin progresivo de las medidas de confinamiento y propuso a las capitales una batería de medidas para afrontar estos riesgos. En una comunicación, el Ejecutivo comunitario se muestra en contra de acciones tan drásticas como las llevadas a cabo por la mayoría de los países europeos durante la primera fase de extensión del virus. «En vista de impacto económico y social, es de interés general evitar medidas de cierre de emergencia a gran escala en caso de más rebrotes», asegura el documento hecho público ayer, que también aboga por evitar posibles interferencias en la separación de poderes.

«En caso de que un Estado miembro reintrodujera medidas de emergencia, éstas deberían estar diseñadas de una manera limitada y medida, de manera que no obstruyan el Estado de Derecho y la democracia parlamentaria», se lee en el texto.

Esta moderación de las medidas no significa que Bruselas considere que haya que relajarse, más bien todo lo contrario. «Hacemos un llamamiento a la unión y a la fuerza para proteger a nuestros ciudadanos y apoyaremos a los Estados miembros para que lo hagan. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que estamos completamente preparados. Ahora no es el momento de bajar la guardia», aseguró la comisaria de Salud, Stella Kyriakides.

El texto recomienda respuestas localizadas y otro tipo de acciones como el aumento de los test , la trazabilidad de los contactos y asegurar el suministro fluido de equipos de protección personal, medicamentos y dispositivos médicos. Se trata de aprender de los errores y de evitar que la falta de coordinación entre los Estados miembros y el sálvese quién pueda tan solo logre empeorar la situación, tal y como sucedió en marzo.

«Estamos trabajando de manera muy estrecha con los Estados miembros para asegurarnos de que la gestión de los brotes se hace de manera eficiente», aseguró el vicepresidente del ejecutivo comunitario, Margaritis Shinas, quien también defendió que los Estados están más preparados que hace meses.

Aunque la Comisión evita pronunciarse sobre una posible oleada de coronavirus en otoño tan virulenta como la pasada, sí muestra su preocupación por la posibilidad de un «efecto cóctel» con la gripe común que acabe colapsando los sistemas de salud de los Estados miembros, tal y como acaba sucediendo en invierno en algunas ocasiones.

A pesar de que Bruselas no tiene competencias para exigir medidas de prevención a los Estados, aprovechó ayer la ocasión para recomendar a estos que empiecen antes las habituales campañas de vacunación de la gripe común y que incluso incluyan a más grupos de población. «La preparación es clave, especialmente antes de los meses de otoño e invierno», insistió la comisaria de Sanidad. El documento incluso pide que estas campañas de vacunación tengan lugar entre julio y septiembre, antes de la llegada del otoño, el incremento de dosis disponibles, la preparación de las infraestructuras y la coordinación entre los Estados para aprender de la experiencia del resto de los socios.

En cuanto a la posibilidad de reintroducirse controles fronterizos dentro del espacio sin fronteras Schengen, Bruselas tan solo aprueba estas medidas en caso de necesidad imperiosa. «Cualquier medida que implique restricciones del movimiento de personas y mercancías dentro de la UE debería se utilizada solo en situaciones en las que sea estrictamente necesario». Si vuelve el cerrojazo a las fronteras interiores europeas, Bruselas recomenda que cualquier decisión se tome en coordinación con el resto de países europeos y se pongan en marcha corredores para asegurar el suministro de mercancías.

La Comisión Europea no quiere que los movimientos unilaterales de las capitales, tal y como sucedió durante los primeros meses de la pandemia, conlleven que se ponga en peligro el suministro de material médico y de primera necesidad o los desplazamientos de los trabajadores transfronterizos. La relativa normalidad al espacio sin fronteras Schengen es una realidad desde el pasado 15 de junio, cuando la práctica totalidad de los Estados levantaron sus controles fronterizos. España esperó hasta el 1 de julio para dar este paso en su límite con Portugal.