Covid-19

Mark Rutte, la doble moral neerlandesa

Mientras exigen cuarentena a los llegados de Cataluña, las medidas anti-covid en el aeropuerto de Ámsterdam y en la ciudad son una entelequia: simplemente no existen

Policias en el aeropuerto de Amsterdam
Policias en el aeropuerto de AmsterdamT.BLa Razon

La mascarilla es obligatoria en el aeropuerto de Schiphol, Ámsterdam. También en la ciudad hay regulación anticovid. Algunas calles son de sentido único y la mascarilla también es obligatoria en el “Barrio rojo”. Por si fuera poco, los pasajeros procedentes de Catalunya -Segrià, Figueras y Área Metropolitana de Barcelona- deben guardar una cuarentena de 14 días a su llegada al país de los tulipanes, previo a la firma y entrega de una declaración de salud a las autoridades en el recinto aeroportuario.

Sería oportuno que las autoridades holandesas aclararan si estas medidas se cumplen o se hacen única y exclusivamente para la galería, porque, visto lo visto, por este redactor, las medidas son una entelequia: simplemente no existen. La Policía holandesa iba a sus anchas sin mascarilla por las instalaciones, como se puede comprobar en las fotografías. Tampoco un buen número de personal de KLM, la aerolínea holandesa, llevaba su mascarilla mientras deambulada por el aeropuerto. Ni siquiera el personal de limpieza era escrupuloso. Eso sí, paneles informativos recordando a los pasajeros la mascarilla obligatoria poblaban las instalaciones.

Azafatas sin mascarillas en el aeropuerto de Amsterdam
Azafatas sin mascarillas en el aeropuerto de AmsterdamlarazonLa Razon

Las sorpresas no acaban aquí. Pasajeros que llegaban a Ámsterdam desde Barcelona se quedaban con la declaración de salud en la mano, porque nadie se la reclamaba al aterrizar. En el vuelo de Vueling, dos policías solo requerían una identificación al entrar en suelo holandés. Una identificación que los pasajeros habían exhibido al menos tres veces desde su entrada en El Prat de Barcelona.

Unas horas más tarde, en el vuelo de KLM ni siquiera rellenaron esa declaración de salud, que dicho sea de paso no solicitaba ningún contacto, teléfono o mail, ni siquiera un lugar de residencia en Países Bajos ni los días de estancia. Es decir, la cuarentena de 14 días se revelaba como una aberración. De hecho, pasajeros que llegaron el viernes volvieron a Barcelona el domingo. Difícilmente, si solo estuvieron tres días en Holanda podían cumplir con 14 días de cuarentena. A su llegada a Barcelona tuvieron que firmar una declaración dónde se pedían todos los datos y pasaron por la cámara para comprobar la ausencia de fiebre. En Holanda nada de nada.

Quizás el primer ministro holandés, Mark Rutte, debería dar alguna explicación sobre los incumplimientos de su Policía con el uso de la mascarilla y aclarar si hay o no cuarentena a los procedentes de Barcelona, o solo es una recomendación, y para qué sirve su nonata declaración de salud. Rutte ha sido el protagonista de la última negociación de la Unión Europea. Su dura posición contra los países del sur contrasta con los flagrantes incumplimientos de sus propias normativas. Será esto, la famosa doble moral neerlandesa.