Relevo en la Casa Blanca
Uno de los rasgos más característicos de la presidencia de Donald Trump ha sido su mano dura implementado políticas antiinmigración no exentas de polémica.
Entre las más sonadas a lo largo de su mandato han destacado la construcción de un muro con México como respuesta a la promesa electoral que hizo en campaña antes de llegar a la Casa Blanca, así como la controvertida medida de separar a los menores de edad de sus familias en la frontera.
A punto de cumplir el plazo de extensión de las restricciones de inmigración legal y de visados impuestas por Trump durante los primeros meses de pandemia, el presidente decidía extender el plazo tres meses más, justo unas horas antes horas antes de que el año 2020 culminara.
Trump da comienzo al nuevo año con la vigencia de los dos vetos migratorios que han paralizado el país por tierra, mar y aire desde abril del año pasado en una decisión sin precedentes. Por lo que los extranjeros que aún teniendo permiso para trabajar en Estados Unidos necesiten renovar su visado o tramitar uno nuevo, no tendrán posibilidad de hacerlo al menos hasta el próximo 31 de marzo.
Inauguración de Joe Biden
A las puertas del fin de la era Trump, sin saber qué va a pasar con el cambio de Administración y la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca a partir del 20 de enero, los demócratas no han dado pistas todavía ni han emitido ningún comunicado oficial sobre qué futuro van a enfrentar los cientos de miles de personas que necesitan resolver su situación administrativa.
En abril del año pasado, en pleno inicio del brote de covid-19, el presidente anunció una serie de restricciones para prohibir la entrada de personas procedentes de otros países para vivir y trabajar de manera legal en Estados Unidos.
Ahora, la extensión de esas restricciones de inmigración vuelve a afectar a las emisiones en el extranjero de permisos de residencia permanente, conocidos popularmente como green cards impidiendo, a su vez, la reunificación familiar de muchos ciudadanos, tanto estadounidenses como aquéllos que ya disponen de permiso de residencia.
Trump también decidía mantener la restricción sobre el segundo veto migratorio, emitido en junio, que fue más allá al congelar la emisión de nuevos visados H-1B, destinados a ciertos perfiles de trabajadores cualificados, como los empleados en la industria tecnológica; el visado H-4, que es para parejas de empleados; también visados L-1 para directivos que trabajan en grandes compañías; el permiso de empleo H-2B para trabajadores del sector hotelero y de construcción; así como el J-1, que es para investigadores, profesores y otros programas de intercambio de empleo, como becas de estudios y au pairs.
Trump emitió el primero veto en abril y el segundo en junio, ampliando ahora el plazo de ambas restricciones hasta finales de marzo. El presidente justifica la medida por el fuerte impacto de la pandemia en el mercado laboral estadounidense y sus graves consecuencias sobre la población trabajadora.
La pandemia fuera de control
«Los efectos de la covid 19 en el mercado laboral de los EEUU y en la salud de las comunidades estadounidenses son asuntos que siguen siendo preocupantes», decía la orden publicada por Trump este jueves.
«El número de nuevos casos diarios en todo el mundo publicados por la OMS es más alto que el número comparable con junio y, aunque recientemente hay terapias y vacunas disponibles para un número creciente de estadounidenses, su efecto en el mercado laboral y la salud comunitaria aún no se ha realizado plenamente», anunciaba Trump en la proclamación oficial.
Aunque todo apunta a que las drásticas medidas impulsadas por la Administración Trump contra inmigrantes legales se relajarán con la llegada de los demócratas al poder, todavía hay mucha incertidumbre al respecto de estas dos restricciones impuestas en el plazo de casi un año.
Una situación sin precedentes que está generando grandes desafíos, tanto a la población afectada como a las instituciones y autoridades competentes. Y que el presidente considera necesaria para asegurar, ante el aumento de desempleo causado por la pandemia, que esos trabajos se destinan a los estadounidenses.
Campaña de vacunación
Y, aunque el año terminaba con la esperanzadora noticia de iniciar la campaña de vacunación nacional contra el coronavirus, los expertos llaman a la calma y piden paciencia. No sólo porque el ritmo al que se está administrando las dosis de la vacuna es mucho más lento de lo esperado, sino porque además, una vez los fármacos se inyecten sobre las personas de mayor riesgo y el personal sanitario, se necesita un tiempo prudencial de varias semanas para recibir la segunda dosis y esperar los 15 días de rigor para generar anticuerpos.
Eso deja un panorama complicado durante los primeros meses de 2021. Al auge de casos de nuevos contagios que se esperan tras las fiestas navideñas se une el dramático pronóstico de que podrán morir 80.000 personas más en las próximas tres semanas. EEUU ya lidera el ranking mundial de países más afectados, superando los 20 millones de infectados y casi 350.000 víctimas mortales.
Otra de las preocupaciones ahora es la nueva cepa procedente del Reino Unido, después de confirmarse que ya ha llegado al país. Colorado, California y ahora también Florida se han convertido en los primeros estados en identificar la nueva variante del coronavirus en Estados Unidos.