Continuismo o retroceso

La sombra de Correa domina las presidenciales en Ecuador

El presidente desde 2007 a 2017, condenado a ocho años de prisión y fuera del país, centra el debate político mientras confía en que la vuelta del correísmo facilite su exoneración

Miembros designados de las mesas electorales, donde se realizan los sufragios para las elecciones presidenciales, se realizan voluntariamente pruebas de covid-19
Miembros designados de las mesas electorales, donde se realizan los sufragios para las elecciones presidenciales, se realizan voluntariamente pruebas de covid-19Jose JacomeAgencia EFE

Rafael Correa no está en Ecuador, pero allí se le menciona por todas partes. Está prohibido mostrar su imagen en anuncios electorales pero un cartón tamaño real del expresidente ha acompañado durante toda su campaña al favorito en los sondeos, el economista Andrés Arauz. “Nos pueden robar la elección, nuestros enemigos están desesperados. A las burdas acusaciones contra mí puede sumarse el fraude. Pedimos al mundo que preste atención a los comicios en Ecuador” ha asegurado Correa, fuera del país desde 2018 para algunos fugado y para otros exiliado.

Los trece millones de ecuatorianos llamados hoy a las urnas afrontan la votación golpeados por el desempleo en plena segunda ola. Las urnas marcarán si Ecuador continúa la senda liberal iniciada por el presidente Lenin Moreno en 2017 o regresan a la década progresista liderada por Correa los diez años anteriores.

El expresidente fue inhabilitado tras postularse como vicepresidente de Andrés Arauz, el único candidato con opciones de ganar en primera vuelta que a sus 36 años pueden convertirse en el presidente más joven de la historia de Ecuador. La mayoría de los sondeos le otorgan en torno al 28% de los votos frente al 26% del banquero Guillermo Lasso. “Una sola vuelta, una sola vuelta”, coreaban este jueves los seguidores de Arauz en Quito durante el cierre de campaña.

Enfrentamiento con Lenin Moreno

Tras once años juntos desarrollando “el socialismo del siglo XXI”, cuando Rafael Correa besó la cabeza de su ex número dos en un acto de campaña en Quito en 2017 no imaginaba que tres meses después Moreno acusaría a Correa de “mentirle sobre la situación real del país”, eliminaría proyectos sociales y comenzasen varias investigaciones contra el expresidente.

Cuatro años después su porvenir judicial y el futuro del país se juegan a la misma carta: las elecciones de este domingo. “Si Arauz gana, Correa se puede plantear volver en el medio plazo sin temor a la prisión”, explica a LA RAZÓN Jorge Forero, doctor por la Universidad de Kassel especializado en la década de gobiernos del mandatario de 57 años. “Moreno termina su mandato tras haber provocado las mayores movilizaciones contra un gobierno en décadas, con la popularidad por los suelos y varios casos abiertos de corrupción. El correísmo ha sentido un enorme desgaste tras concentrar más de la mitad de los votos en 2009 pero se mantiene como opción más apoyada en las encuestas”.

La condena del caso ‘Sobornos’

Tras hallar indicios contra varios miembros de su gabinete, la Fiscalía abrió una investigación a Correa sin encontrar pruebas relevantes. Su exasesora confesó que el cuaderno donde registraba supuestos sobornos cobrados por Correa era falso. Correa fue condenado a 8 años de cárcel. El exmiembro del servicio secreto Luis Chicaiza confesó que recibió amenazas de Moreno para involucrar a Correa en el falso secuestro en 2012 del opositor Fernando Balda.

Correa está convencido de que los tribunales internacionales “tumbarán” su condena. “Es un caso similar al de Lula en Brasil”, apunta el doctor Forero. Otros consideran que el líder, ahora en México haciendo campaña, debería volver a su país. Correa asegura que gane quien gane no volverá a Ecuador. “Mi esposa es belga y mi plan de vida es estar allá”, mientras vaya donde vaya la política en Ecuador gira alrededor de su figura y la posible vuelta del “socialismo del siglo XXI”.