12 DE ABRIL DE 2021 Miles de hombres celebran sin ninguna medida de seguridad el Kumbh Mela, bañándose en el río Ganges para purificar su alma (AP Photo/Karma Sonam)

El ritual hindú que ha extendido la nueva cepa

La creencia de que el sagrado río Ganges da inmunidad a aquellos que se sumergen ha dejado imágenes de baños multitudinarios que se han convertido en un foco de infección del covid-19

El que Júpiter transite por Acuario cada 12 años es motivo de celebración en India, especialmente en el momento en que el Sol oscila por Aries. Siempre que se produce este fenómeno cíclico marcado en el calendario hindú, se lleva a cabo el festival Kumbh Mela,un ritual solemne del hinduismo que durante el mes de abril ha reunido a decenas de millones de peregrinos en Haridwar, ciudad ubicada a 200 kilómetros al norte de Nueva Delhi, por donde fluye el río Ganges.

Se trata de una de las celebraciones religiosas más concurridas de la humanidad y bañarse en sus aguas sirve como resarcimiento para los penitentes, es una manera de aceptar los errores cometidos y una oportunidad para purificarse. En la presente edición ha proliferado la idea de que sumergirse en este río sagrado sirve para hacerse inmune al covid-19, sin embargo, esta expiación masiva es, según demuestra la historia, una de las vías de contagio de enfermedades más efectivas en India. Fue precisamente en el delta del Ganges donde se ubica el origen del cólera con documentación que data de la época de Alejandro Magno. Según una serie monográfica de la Organización Mundial de la Salud sobre esta enfermedad, escrita en 1959, los años en los que se celebró el festival de Kumbh Mela se multiplicaron los contagios y los fallecimientos.

Poco ha cambiado a lo largo de los siglos la manera en la que se lleva a cabo esta tradición y nulas son las lecciones aprendidas durante todo este tiempo. Una vez más, los precedentes han sido ignorados y el festival, que podría haber sido perfectamente cancelado, ha vuelto a ser el foco principal de contagio de un virus que ha paralizado el mundo durante el último año.

Las recientes imágenes de masas compactas de muchedumbre adentrándose en las aguas del Ganges en plena pandemia de covid-19, sin ningún tipo de control por parte del Gobierno de Navendra Modi, han generado indignación dentro y fuera de India. La comunidad internacional asiste atónita al grado de irresponsabilidad del Ejecutivo, que ha expuesto a su población de 1.366 millones de personas a un virus que está fuera de control y cuyas consecuencias, catastróficas dentro de sus fronteras, también amenazan fuera de su territorio.

La mortalidad podría ser mayor

El Ministerio de Salud confirmó el viernes 386.452 casos de covid y casi 3.500 muertes en un solo día, otro más en que se pulverizan los récords de la jornada anterior. La media de infecciones de los últimos nueve días está en casi 350.000 casos diarios y las muertes se han triplicado en tan solo tres semanas. India cuenta con 18 millones de infectados por coronavirus durante la pandemia según cifras oficiales que son difíciles de cuantificar de manera exacta, especialmente durante el último mes.

Estos números podrían ser mucho mayores y la magnitud de la segunda ola, incalculable. A las carencias de material hospitalario y el drama que están viviendo millones de personas dentro de este clima de pesimismo y escasez de medios, se suman las altas probabilidades de que aparezcan más variantes del virus. Es entonces cuando la comunidad internacional deja de percibir esta tragedia desde la lejanía. El temor a diversas mutaciones está muy presente justo en el momento en que las campañas de vacunación están generando cierto optimismo en la sociedad.

Dos variantes peligrosas

La comunidad científica cree que durante esta segunda ola en India hay al menos dos variantes del virus original que lo hacen más peligroso. Según las conclusiones más recientes de la base de datos pública GISAID (plataforma que comparte las secuencias genéticas de virus), el 38% de las muestras secuenciadas en India durante marzo contienen entre sus mutaciones, dos que son conocidas: la sudafricana y la californiana. Esta variante recibe el nombre de B.1.617 y los investigadores creen que además de ser más contagiosa, también es capaz de evadir los anticuerpos con mayor efectividad.

Aunque las investigaciones aún son inconclusas, las sospechas sobre cuán diferente es esta nueva variante en comparación con el virus que se controló durante la primavera pasada son enormes. Personas contagiadas a pesar de haber recibido ambas dosis de la vacuna, bebés infectados, problemas respiratorios más graves en jóvenes… en definitiva, podríamos estar ante un virus más agresivo que el anterior.

Sin medios

Sin embargo, estas suposiciones aún no tienen el rango de evidencias. Como tampoco lo tiene eso que opina otra corriente de científicos, quienes apuntan a la variante británica, B.1.17, como potencial causa del resurgimiento de contagios. Lo único cierto en este panorama de incertidumbre es que la capacidad de India para realizar secuencias de genoma (menos de un uno por ciento de las muestras) es muy limitada debido a la falta de medios y de presupuesto. Algunas informaciones sugieren que tan solo hay 10 laboratorios en todo el país destinados a secuenciar el virus.

La urgencia para acelerar la campaña de inoculación es total y a partir de este sábado se pueden vacunar los ciudadanos de todas las edades (hasta el momento sólo podían hacerlo los trabajadores de primera necesidad y las personas mayores de 45 años). Hasta ahora se han registrado alrededor de ocho millones de personas para recibir la vacuna. A pesar de ello, las dificultades son manifiestas: la falta de suministro, el registro a online en un país donde un gran porcentaje no tiene acceso a internet y los problemas técnicos con la aplicación móvil están generando más escepticismo si cabe.