Vacunación
Tres negacionistas británicos mueren por covid-19
El 89% de la población adulta en Reino Unido tiene ya la primera dosis y el 74% cuenta con la pauta completa de vacunación
“Siento la necesidad de publicar información aquí para las personas que no están recibiendo otro lado de la historia debido a que los medios no son imparciales. Cuando se investiga quién financia a los medios, se llega a las empresas farmacéuticas. Quién sabe quién tiene razón o quién está equivocado. Si me equivoco, levantaré la mano, pero no me quedaré en silencio”. Esto es lo que escribió hace tan sólo unos días David Parker en su cuenta de Facebook. Era un negacionista convencido y asiduo a las manifestaciones en contra del confinamiento. Ahora ha fallecido por covid. Tenía sólo 56 años y no padecía ninguna enfermedad previa.
Era el gerente del Club Louis en Catterick Garrison, North Yorkshire. Su compañero Steve Wignall, que trabaja como director en el Club, se contagió el mismo día. Pero él sí se había vacunado. Sus familiares, quienes están devastados el fallecimiento, han suplicado ahora a otros escépticos que dejen a un lado sus dudas y se vacunen.
“David no creía en la vacunación y no la quería. Era por desconfianza hacia la élite, francamente. Y no conseguimos hacerle cambiar de opinión”, explica su socio.
En varias de sus publicaciones, el negacionista se mostraba convencido que había una especie de conspiración entre los medios de información y las farmacéuticas”. También compartió un enlace a un grupo de Facebook llamado “The Unvaccinated Arms”(La armada de los antivacunas) que sugiere a sus 22.220 miembros que en sus publicaciones criticando la vacunación, no usen las palabras “Covid” o “vacuna” debido a que las “restricciones y publicaciones están siendo suprimidas” por la plataforma de redes sociales. Se desconoce si era miembro de la organización.
Con todo, el de David no es un caso aislado en el Reino Unido. La semana pasada, John Eyers, un padre de familia deportista, amante de la escalada y del culturismo, y conocido negacionista, falleció por Covid-19 con solo 42 años.Poco antes de ser intubado reveló a sus médicos que hubiera deseado vacunarse a tiempo. “Pensaba que si contraía el coronavirus estaría bien, que simplemente tendría una enfermedad leve”, explica su hermana gemela.
Asimismo, Leslie Lawrenson, de 58 años, graduado de la Universidad de Cambridge, también falleció en su casa en Bournemouth el pasado 2 de julio, solo nueve días después de publicar imágenes en Facebook que explicaban por qué coronavirus no era “nada que temer”.
El 89% de la población adulta en el Reino Unido tiene ya la primera dosis y el 74% cuenta con la pauta completa de vacunación. En cualquier caso, los jóvenes están mostrando ahora más resistencia. En este sentido, el Gobierno baraja imponer a partir de otoño los llamados “pasaportes covid” para poder entrar a los lugares de ocio.
Al inicio de la pandemia, los investigadores de la Universidad de Oxford se mostraron “sorprendidos” al descubrir que las creencias sobre las teorías de la conspiración estaban mucho más extendidas de lo que se puede imaginar, llevando en muchos casos a los individuos a no seguir las pautas marcadas por las autoridades para contener un virus que se ha cobrado ya la vida de más de cuatro millones de personas en todo el mundo.
Según el estudio elaborado por la reputada universidad el año pasado -que entrevistó a más 2.500 personas en Inglaterra- el 15% estuvo de acuerdo “moderadamente” o “completamente” en que el coronavirus es un engaño, el 38% consideraba que había sido creado por el hombre, el 26% que era un intento deliberado de “reducir el tamaño de la población mundial”. Asimismo, el 39% creía que el Gobierno estaba engañando a la ciudadanía sobre la causa de la pandemia y el 44% estaba preparado para creer que los “principales medios de comunicación nos están alimentando deliberadamente con información errónea sobre el virus y el confinamiento”.
“Cuando hay una amenaza, es más probable que las personas acepten determinadas teorías, por improbables que sean, que se ajusten a las ideas preconcebidas. No suele adoptarse el proceso de sopesar cuidadosamente la evidencia a favor y en contra de diferentes explicaciones”, explica Daniel Freeman, profesor del Departamento de Psiquiatría especializado en paranoia y la desconfianza.
Acabar con las teorías de la conspiración no es tarea fácil. “Son criaturas resbaladizas”, recalca el experto. “Necesitamos contrarrestarlas directamente, reducir la propagación y presentar información precisa de manera efectiva. La transparencia, los procesos de razonamiento y la equidad deben ser claros en las respuestas institucionales. La confianza es la piedra angular de las comunidades y en un momento de crisis se hace aún más evidente”, matiza. (fin).
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