En Milán
Interceptada una carta con tres balas dirigida al Papa Francisco
El sobre, enviado desde Francia, contiene proyectiles de calibre de 9 milímetros y un mensaje relativo al último caso de las operaciones financieras en el Vaticano
Los Carabineros y la Fiscalía de Milán investigan una carta anónima con tres balas del calibre 9 dirigida al Papa Francisco, que fue interceptada este lunes en un centro de clasificación de correos de la provincia cercano al aeropuerto de Linate. La carta incluía un mensaje que hacía mención al último escándalo relacionado con operaciones financieras del Vaticano, sobre el que la Santa Sede acaba de abrir un juicio formal.
La misiva amenazante fue enviada desde Francia y el destinatario estaba escrito con bolígrafo, apenas legible, aunque se podía identificar: ‘Papa-Ciudad del Vaticano, Piazza S. Pietro en Roma’. Después de que los funcionarios interceptaran el sobre sospechoso en el centro de clasificación postal de Peschiera Borromeo, en la provincia de Milán, se produjo la rápida intervención de los Carabineros, la policía militar italiana, que abrió una investigación.
La sala de prensa del Vaticano no ha comentado las presuntas amenazas, como suele ser habitual en estos casos, para tratar de minizarlas y evitar un efecto imitación. Tampoco la Gendarmería Vaticana ha valorado hasta el momento las informaciones relativas a la investigación. Según publican medios italianos, los investigadores habrían identificado al remitente, un hombre ya conocido por los gendarmes vaticanos, con quienes los carabinieri de Milán están trabajando de forma coordinada. Al parecer, no sería la primera vez que el presunto autor habría dirigido una misiva al Vaticano. A pesar de que la carta fue enviada desde Francia, los investigadores no descartan que el autor se encuentra en este momento en Italia.
Lo más sorprendente es que el sobre incluía un mensaje que hacía referencia al último escándalo financiero en el Vaticano, que ha dejado al descubierto un entramado de operaciones financieras presuntamente irregulares relacionadas con la compra-venta de un edificio de lujo en Londres, que ha provocado un agujero de 400 millones de euros en los balances de la Santa Sede, sobre el que el Vaticano acaba de abrir un juicio formal en el que están imputados una decena de personas, entre las que se encuentra el cardenal defenestrado por Francisco, Angelo Becciu.
Al prelado de 73 años se le imputan los delitos de abuso de poder, soborno y malversación de dinero procedente del Óbolo de San Pedro, el organismo que gestiona las donaciones de los fieles, y de los fondos de la Secretaría de Estado durante los años en los que ejerció como número dos de este organismo. Junto a él se sientan en el banquillo varios ex funcionarios del Vaticano y empresarios relacionados con la Santa Sede acusados de estafa, extorsión y blanqueo de capitales. En septiembre el Papa forzó la dimisión de Becciu como prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos y le obligó a renunciar a sus derechos cardenalicios, entre lo que está el poder participar en un futuro cónclave.
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