Represalias
Biden: «Rescataremos a los americanos y a nuestros aliados afganos»
El presidente de EE UU llama «héroes» a los doce marines asesinados en Kabul
Se cumplen los peores presagios del presidente Joe Biden con los atentados mortales en Afganistán. El Pentágono calificaba de «ataque atroz» el doble atentado en el aeropuerto de Kabul, confirmando que 12 militares estadounidenses se encontraban entre las víctimas mortales, así como otro centenar de heridos contando con al menos 15 soldados del Ejército de EEUU. El primer atentado sufrido en un año y medio en suelo afgano por las tropas estadounidenses, cuyo plazo de retirada definitiva se cumple el 31 de agosto, en el peor de la última década.
Biden se veía obligado a cancelar, en el último momento, su reunión bilateral con el primer ministro israelí, que ya se encontraba en el interior de la Casa Blanca con el secretario de Estado, Antony Blinken.
El presidente de EE UU, desde la Sala de Crisis de la residencial presidencial (The Situation Room), monitoreaba los detalles del doble atentado en Kabul mientras la información iba llegando en cuentagotas, antes de dirigirse en directo a la nación para contrastar todos los detalles del atentado y dar a conocer la posición de EE UU ante los dramáticos acontecimientos en plena fase final de evacuación.
EE UU no se quedará de brazos cruzados y promete represalias por el atentado mortal contra sus soldados. «Estamos trabajando muy duro en este momento para determinar quién está asociado con este cobarde ataque y estamos preparados para tomar medidas contra ellos», declaró el general del Comando Central de EE UU, Kenneth McKenzie, desde el Pentágono, asegurando que las fuerzas armadas están «preparadas y listas para defenderse» de posibles nuevos ataques.
El Pentágono y la Casa Blanca confirmaban, horas antes, una «explosión compleja» en uno de los accesos principales al aeropuerto internacional de Kabul, la puerta de entrada denominada «Abbey Gate».
Desde el pasado 14 de agosto, EE UU ha evacuado y facilitado la evacuación de cerca de 95.700 personas. Desde finales de julio, se ha reubicado a un total de 101.300 personas. Se calcula que todavía cerca de 5.000 ciudadanos de EEU U continúan atrapados en Kabul, por lo que la gran incógnita ahora, tras los atentados suicidas, es saber cómo se van a enfrentar al desafío de dar continuidad a las labores de evacuación de los miles de estadounidenses y refugiados afganos que siguen en Afganistán.
Mientras cientos de soldados empezaban a efectuar su retirada es días anteriores, las dudas sobre la retirada completa o el retroceso en enviar refuerzos militares para garantizar la seguridad ante nuevas amenazas terroristas.
Miles de tropas estadunidenses y sus aliados extranjeros continuan en Afganistán liderando, a contrarreloj, el operativo militar de evacuación para poner a salvo a decenas de miles de personas que trataran de huir desesperadamente del país.
El día anterior al ataque, la embajada de EE UU emitía un aviso urgente para que los ciudadanos estadounidenses todavía presentes en Afganistán, así como refugiados a la espera de ser evacuados, se alejaran del aeropuerto cuanto antes.
Tras días de amenazas por posibles atentados bajo el dominio del grupo radical ISIS-K, enemigos de los talibanes, así como la advertencia de Gobiernos occidentales del creciente riesgo de ataques terroristas, el presidente de EE UU decidía adelantar la fecha de la retirada de tropas del 31 al 27 de agosto.
«Cualquier ataque contra nuestra fuerzas armadas tendrá consecuencias», advirtió Biden desde la Casa Blanca la semana pasada ante la creciente amenaza de posibles ataques terroristas. Biden ordenó a la cúpula militar de EE UU y a sus aliados internacionales abandonar Kabul cuatro días antes de lo previsto, bajo el argumento de las crecientes amenazas de violentos ataques contra la población civil y su personal militar, dando prioridad a garantizar la seguridad de las miles de personas que continúan bloqueadas.
Las explosiones de ayer, todavía a varios días de que finalice el plazo de permanencia de las tropas estadunidenses y extranjeras en Kabul, refuerzan la decisión de Biden de abandonar «cuanto antes, mejor» Afganistán, después de veinte años de presencia militar en la guerra más larga de su historia. Pero, a la vez, los atentados en Kabul plantean ahora decisiones cruciales en EE UU.
no sólo para la Casa Blanca sino también para los Departamento de Defensa y de Estado. Dos vías de actuación, opuestas, se plantean ponerse en marcha: incrementar la seguridad y el apoyo militar para ampliar la cobertura en las últimas horas de evacuación o, por el contrario, efectuar cuanto antes una retirada urgente, dejando atrás a miles de personas que continúan atrapadas en Afganistán.
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