Reino Unido

Contratos a presos y bonos de 1.200 euros ante la falta de mano de obra por el Brexit y la pandemia

Con el Brexit y la caída de la inmigración no solo faltan frutas en las tiendas sino también mano de obra en los almacenes británicos

Un trabajador de una pizzería en Londres
Un trabajador de una pizzería en LondresANDY RAINEFE

La cadena Nando’s (pese a ser sudafricana) es tan mítica como el té de las cinco en el Reino Unido. Pero ahora se ha visto obligada a cerrar 50 de sus restaurantes porque los británicos se han quedado sin pollo. Por su parte, McDonald’s ha tenido que retirar los batidos y refrescos embotellados. De momento, las estanterías de los supermercados no están vacías, pero tampoco están llenas. Las opciones se están reduciendo. En lugar de tres tipos diferentes de fresa, por poner un ejemplo, solo hay uno.

Con una población activa cada vez más envejecida, una caída de la inmigración y el Covid, la escasez de mano de obra se ha convertido en una crisis que asola tanto a Europa como a los Estados Unidos. Pero en el caso del Reino Unido, los efectos se están viendo gravemente agudizados por el Brexit, derivando en serios problemas de suministro.

El mantra de la campaña euroescéptica siempre fue el de recuperar el control de las fronteras. Pero ahora no solo hay escasez de recolectores de frutas, sino que faltan trabajadores del almacén. Y la situación no parece que vaya a resolverse ni a corto ni a largo plazo. Por lo que los expertos ya advierten que en Navidad habrá menos existencias y los precios serán más caros.

Gary Grant, responsable de la compañía de juguetes The Entertainer, asegura que los problemas que han tenido este verano las granjas en plena temporada de recolección de cosecha ante la falta de empleados se está extendiendo ya a todos los sectores. «Muchos se fueron a consecuencia del Brexit y ahora tienen problemas para obtener el visado de trabajo. La gran mayoría eran de Europa del este, muchos de ellos polacos», matiza. Desde el 1 de enero, en el Reino Unido entró en vigor la nueva normativa de inmigración inspirada en el estricto sistema australiano de puntos. Entre otros, ahora se requiere oferta laboral y examen de inglés.

«Si ahora estamos así, ¿cómo va a ser la situación en diciembre?», se plantea Grant, quien ya ha advertido que no le queda más remedio que subir el precio de los juguetes. En el período previo a la Navidad, cada año aumenta su plantilla de almacén. En circunstancias normales, contacta con una sola agencia para reclutar trabajadores. Ahora está trabajando con tres agencias diferentes. Y aun así está teniendo problemas.

The Entertainer no tiene extras de incorporación para el personal, pero sí ofrece bonos de retención a sus conductores. Por su parte, Amazon, el gigante minorista de compras «online», se ha visto obligada a ofrecer un bono de 1.000 libras (alrededor de 1.200 euros) para los recolectores y empacadores de almacén que se incorporen a la empresa ante la «necesidad urgente» de empleados. Se une a la cadena de supermercados Tesco, que ofrece a los conductores un bono de afiliación de 1.000 libras.

En pleno desafío de abastecimiento de mano de obra para el correcto funcionamiento de la producción y distribución de alimentos, unos 40 empleados del servicio de reparto de la cadena de «cash & carry» de Tesco, Booker, se están planteando ir a huelga después de que la empresa rectificase en una oferta salarial. Muchos supermercados, como M&S y Aldi, están ofreciendo salarios mayores para atraer a los trabajadores.

Sólo en el sector alimentario, hay un déficit de 100.000 transportistas. Alrededor de 14.000 camioneros comunitarios abandonaron el Reino Unido a finales de año, cuando se ejecutó ya efectos prácticos la salida del bloque, y desde entonces, solo han regresado 600. Los líderes empresariales piden ahora al Gobierno de Boris Johnson que facilite los visados para hacer frente a la crisis.

En un país donde el paro se sitúa en el 4,7%, la situación ha llegado hasta tal punto que muchas empresas están contratando a presos que pueden disfrutar ya de días de permiso. Los reclusos ya se han puesto a trabajar, entre otros, en mataderos, carnicerías, la cadena Pret a Manger, los pubs de Greene King y las fábricas de Bernard Matthews. La patronal de los productores avícolas (BPC) señala que en torno a uno de cada siete puestos han quedado vacantes en su sector -cerca de 7.000 empleos- a raíz del Brexit. Por su parte, la Asociación Británica de la Industria Cárnica (BMPA) anticipa problemas en la producción y el suministro de menús típicos de Navidad. Sus miembros afrontan una extraordinaria falta del personal, que ya supera el 15%.

Los empresarios están cada vez más preocupados de que los aumentos temporales de precios y salarios se conviertan en permanentes. De ser así, los efectos ahora microeconómicos por falta de existencias podrían derivar en consecuencias macroeconómicas con subidas de las tasas de interés (ahora en mínimo histórico del 0,1%). Y eso ya son palabras mayores para un Reino Unido que acumula una deuda de 2,21 billones de libras (2,56 billones de euros), lo que equivale al 98,8 % del PIB, la mayor desde 1962.