Prohibición

El Supremo de EEUU mantiene la ley de Texas, la más dura contra el aborto

La nueva normativa prohíbe interrumpir el embarazo a las seis semanas de gestación, en el momento en el que se detecte el corazón de feto

En los últimos años, coincidiendo con el mandato de Donald Trump, una docena de estados han impulsado estrictas leyes contra el aborto en Estados Unidos
En los últimos años, coincidiendo con el mandato de Donald Trump, una docena de estados han impulsado estrictas leyes contra el aborto en Estados UnidosJay JannerAgencia AP

Texas comienza el mes de septiembre aplicando la ley del aborto más estricta de Estados Unidos desde 1973. La norma, aprobada por el gobernador republicano Greg Abbott el pasado mes de mayo, prohíbe las interrupciones de embarazos tan pronto se detecte el latido del corazón del feto, lo que usualmente ocurre a las seis semanas de gestación. Un lapso de tiempo en el que, por lo general, las mujeres no tienen conocimiento todavía de estar embarazadas.

En los últimos años, coincidiendo con el mandato del anterior presidente Donald Trump, una docena de estados han impulsado estrictas leyes contra el aborto en Estados Unidos, en etapas muy tempranas del embarazo. Pero, en todos los casos, las normas han quedado suspendidas por la Corte Suprema.

Sin embargo, en el caso de Texas, la máxima institución judicial del país ha dado el visto bueno a la ley gracias a la mayoría de magistrados conservadores. La decisión, dada a conocer esta madrugada, se saldó con un resultado ajustado de 5-4 y supone el rechazo a la solicitud de urgencia presentada por clínicas en ese estado para bloquear la ley. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, se unió a la minoría progresista pero no fue suficiente dada la mayoría conservadora.

La medida supone que prácticamente se veta abortar en Texas, ya que ni siquiera contempla excepciones en casos de incesto o violación. Además, cualquier ciudadano podrá demandar a un individuo o entidad que practique abortos, incluso a los acompañantes de mujeres embarazadas que se dirijan a clínicas para abortar.

Según la nueva ley, quien presente una demanda de este tipo y gane, podría beneficiarse, además, de 10.000 dólares. A ese incentivo se une también la dificultad de oponerse a esta norma en los tribunales por la complejidad del proceso, al no dejar claro quién es la parte demandada, en lugar de dejar esa responsabilidad en manos de las autoridades.

Un colectivo de médicos que ha pedido la intervención de la Corte Suprema argumenta que entre el 85 y el 90 por ciento de los abortos que se practican quedarían ilegalizados en Texas, obligando a muchas clínicas a cerrar sus puertas.

También diversas organizaciones en defensa de los derechos civiles, como la asociación Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), el Centro de Derechos Reproductivos o Planned Parenhood, rechazan esta ley denominada “el latido del corazón”, que no contempla excepciones para los casos de violación o incesto, y reclaman al Tribunal Supremo su implementación.

Paradójicamente, Texas es el mismo estado que está luchando contra las imposiciones judiciales del uso obligatorio de la mascarilla por considerar que atentan contra los derechos y libertades individuales de los estadounidenses.

En vista del drástico aumento de casos de COVID19, los legisladores estatales preparan la vuelta a las aulas con algunas curiosas medidas puestas en marcha a raíz de recientes protestas en los estados del sur por las nuevas restricciones. Una de las más destacadas es la de dejar en manos de las juntas escolares establecer sus propias políticas sobre el uso de las mascarillas.

Las nuevas infecciones entre los estudiantes de las escuelas públicas del estado de Texas se han triplicado en apenas una semana, del 15 al 22 de agosto. Según los mismos datos estatales, más de 20.000 estudiantes texanos han dado positivo por coronavirus desde el inicio de este curso escolar.

Aún así, muchos padres se niegan a que sus hijos lleven mascarilla para asistir a clases. Múltiples videos que se han vuelo virales muestran la violencia a la que algunos de ellos están dispuesto a llegar para defender lo que consideran un derecho de sus hijos. Imágenes que muestran a padres de menores escolarizados peleándose en la entrada de centros educativos y enfrentándose con violencia a profesores, directores de instituciones escolares e incluso a otros padres por obligar a sus hijos a cumplir algunas restricciones en tiempos de pandemia, como el distanciamiento social en las aulas o, sobre todo, el uso de mascarillas.

Las autoridades sanitarias de EEUU recomiendan el uso universal de la mascarilla en el interior de las escuelas para evitar posibles focos de contagio y permitir que el curso escolar se mantenga con cierta normalidad, pero su debate se ha politizado.