Covid-19

Sanitarios negacionistas: dispuestos a perder su trabajo antes de vacunarse

El presidente de EE UU, Joe Biden, estudia imponer la vacunación obligatoria en el personal sanitario y en el docente

Decenas de activistas y personas antivacunas caminan durante una marcha antivacunas, en el puente de Brooklyn, Nueva York (EEUU).
Decenas de activistas y personas antivacunas caminan durante una marcha antivacunas, en el puente de Brooklyn, Nueva York (EEUU).Jorge FuentelsazAgencia EFE

Desde la Casa Blanca se quiere obligar a todos los trabajadores sanitarios a vacunarse y el mandato podría extenderse también a los maestros. Recientemente se convocó una manifestación antivacunas en New Hampshire en el que se podía ver a asistentes vestidos con los uniformes del hospital. Entre ellos, estaba Leah Cushman que se mostraba dispuesta en una entrevista en la BBC a perder su trabajo de enfermera antes de vacunarse.

“Mis creencias son religiosas. Creo que mi creador me dotó de un sistema inmunológico que me protege, y si me enfermo, es un acto de Dios. No tomaría un medicamento que afecte el sistema inmunológico”, explicaba Cushman. Para ella no existe ningún conflicto entre estas creencias y las obligaciones de su trabajo. Cushman argumenta que las vacunas covid siguen siendo “experimentales”, a pesar de que la vacuna Pfizer tiene la aprobación total de la agencia del medicamento de Estados Unidos y de Europa. En todo caso, Cushman no se inocula ninguna vacuna, ni la del covid ni las obligatorias en el sistema de salud público.

Los gerentes de hospitales en Estados Unidos que ya han decidido imponer la obligación de vacunas dicen que se trata principalmente de hacer que los pacientes se sientan seguros y evitar riesgos de muerte innecesarios. Pero Scott Colby, director ejecutivo del Upper Connecticut Valley Hospital, reconoce en el reportaje de la BBC que ha perdido varios miembros del personal médico por obligar a ponerse la vacuna, debido al aumento de los contagios.

Estados Unidos no es el único país que se enfrenta al movimiento antivacunas y a la resistencia dentro del sector sanitario también en Francia se han producido importantes manifestaciones contra la obligación de la vacunación. En el pasado mes de septiembre, el Gobierno sancionó a 3.000 sanitarios que habían rechazado inocularse el suero contra la covid-19.

“No me he vacunado, ni en sueños, y he dimitido” de la función pública, declaraba una auxiliar de enfermería con bata blanca, en una de las últimas manifestaciones convocadas por los “chalecos amarillos” en París. “La vacuna, no estamos seguros de lo que contiene, no somos conejillos de indias”, dijo la mujer de 37 años, “enfadada y triste”, dando sólo su nombre de pila, Hager.