Combates
Las tres debilidades de Rusia en el terreno militar en la guerra de Ucrania
Moscú pensó en una guerra de tres o cuatro días y subestimó las capacidades del Ejército ucraniano
Las operaciones militares para cambiar un régimen casi siempre son más complicadas y exigentes de lo previsto.Es algo que está redescubriendo Moscú, enfrentado a una serie de dificultades en la invasión de Ucraniaque están retrasando el control del país vecino y que han puesto en serios apuros las capacidades rusas en la guerra iniciada el pasado 24 de febrero. Nada que ver con la invasión del este de Ucrania en 2014 y con la anexión ese mismo año de la península de Crimea, cuando decenas de tanques rusos entraron sin resistencia en este territorio que acoge la principal base naval rusa en Sebastopol. La realidad es que casi un mes después del inicio de la invasión, Rusia apenas controla ciudades importantes del país (Mariupol resiste heroicamente y Odesa se prepara para una gran ofensiva) y su dominio se limita, de momento, a la ocupación de carreteras. A continuación analizamos los errores que los expertos han señalado en la estrategia rusa.
1. Problemas de organización y logística
Los expertos militares sostienen que los problemas de Rusia en Ucrania surgen de su propia desorganización, el bajo rendimiento de sus tropas y el exceso de confianza inicial. Rusia, el segundo ejército más poderoso después del de Estados Unidos, ha dejado al descubierto numerosas lagunas. Algunas de ellas muy básicas. Nos referimos a la falta de combustible y a las averías sufridas en numerosos vehículos militares que han ralentizado el avance de las columnas hacia Kiev. La mala logística ha provocado también la escasez de alimentos y piezas de recambio. En las redes sociales han aparecido imágenes de carros blindados rusos y vehículos abandonados o remolcados por tractores ucranianos.
Otro elemento importante es la aparente escasez de armamento. Ucrania sostiene que Rusia ha lanzado unos 900 proyectiles de precisión de largo alcance, algunos de ellos son misiles de crucero. Incluso se ha hablado de disparos de misiles hipersónicos Kinzhal. Estados Unidos alertó la semana pasada de que Moscú ha pedido a China el envío de armas para seguir haciendo la guerra en Ucrania, lo que podría dar una idea del desabastecimiento de cierto tipo de munición, especialmente misiles, que son más difíciles de reemplazar.
Esta tesis se sustenta en la hipótesis de que Vladimir Putin y sus generales habían planeado una invasión rápida de las principales ciudades del país, incluida Kiev, de unos tres o cuatro días. “Los dirigentes rusos pensaron que podían obtener avances rápidos sin destruir áreas urbanas o tener que enfrentarse seriamente a las fuerzas ucranianas”, ha dicho Michael Kofman, director de estudios sobre Rusia en el think tank CNA. Sin embargo, la eficacia de los ucranianos, que volaron varios puentes de acceso a la capital, entorpecieron el objetivo de los mandos militares rusos.
El Ministerio de Defensa de Ucrania ha resaltado otro dato, la caída del sistema de comunicaciones encriptadas del Ejército ruso propició que sus tropas comenzaran a usar teléfonos abiertos y radios analógicas, lo que a la postre las convierte en objetivos más vulnerables a ser interceptadas por el enemigo.
2. Baja moral rusa, batalla patriótica ucraniana
Muchos soldados rusos se han visto lanzados a una invasión después de pasar varias semanas bajo la nieve en Bielorrusia, donde se desplazaron inicialmente para llevar a cabo maniobras militares conjuntas. Según testimonios de prisioneros rusos, éstos no habían sido informados de que la “operación especial militar” supondría entregarse a fondo con el objetivo de matar a soldados y población civil ucraniana. “Buena parte de las fuerzas rusas en la frontera no tenían idea de lo que estaban haciendo. Algunos pensaron que iban a hacer entrenamientos”, ha dicho Philip Breedlove, ex comandante de la OTAN. “Cuando llegaron y descubrieron lo que en realidad estaban haciendo, hubo sorpresa, consternación”. Además, miles de ciudadanos rusos tienen familia en Ucrania o son descendientes de familias de este país. Por tanto, no es extraño suponer que para muchos rusos esta guerra es un combate entre hermanos iniciada por Moscú.
Además, la visión geopolítica de Putin y de su círculo más cercano sobre “la amenaza existencial” que a su juicio supone una Ucrania entregada a Occidente no es compartida necesariamente por los soldados. Para muchos de ellos, la guerra contra sus vecinos no tiene justificación ni supone una amenaza para la seguridad de Rusia. Todo ello se traduce en más bajas de los esperado. Aunque no hay cifras verificables, Ucrania asegura que ha eliminado a 14.000 soldados rusos, mientras que EEUU rebaja la cifra a 7.000.
Una manera de paliar la falta de efectividad de las tropas rusas parece ser la llamada a filas de soldados chechenos e incluso de fuerzas sirias, a las que Putin ayudó a ganar la guerra civil en 2015 y 2016 con el envío de tropas y aviones que pulverizaron ciudades como Alepo. También hay informaciones que apuntan a la participación de mercenarios del Grupo Wagner, un ejército privado propiedad del magnate ruso Yevgeny Prigozhin, muy cercano a Putin.
En cambio, las tropas ucranianas han sabido resistir el zarpazo ruso. No solo se han movilizado las fuerzas armadas, sino que una gran parte de la población se ha unido al Ejército para defender su país y a sus familias. Consideran que la reacción del Kremlin ha sido desproporcionada y carente de justificación.
Pese a su visible inferioridad militar, los mandos militares ucranianos han recibido ingentes cantidades de armas desde Europa y Estados Unidos. Sin ir más lejos, la semana pasada, el Gobierno de Joe Biden anunció una partida de 800 millones de dólares en armas para Ucrania, que incluye el envío de sistema anticarro y antimisiles y drones “kamikazes” Switchblade, que se pueden llevar en una mochila antes de ser lanzados contra el objetivo.
3. Exceso de confianza en Moscú
La superioridad aérea de Rusia sobre Ucrania es un dato que no se puede discutir. Entonces, ¿por qué se ha visto la infantería rusa desprotegida con cobertura aérea, un hecho aprovechado por las tropas ucranianas para eliminar y aislar a las unidades en el frente? La respuesta de diversos analistas es que las defensas aéreas de Ucrania han sido en extremo eficaces, en parte gracias a los sistemas antiaéreos proporcionaros durante los últimos años por Estados Unidos.
Por su parte, Ucrania ha sabido aprovechar la ventaja del terreno. Las tácticas de sus comandantes les ha llevado a tomar posiciones en bosques y pueblos cerca de las rutas de transporte utilizadas por los rusos desde las que han podido lanzar ataques y generar emboscadas como ésta. Michael Kofman, director de estudios sobre Rusia en el think tank CNA, ha explicado que Ucrania ha desplegado principalmente unidades de infantería ligera para estas emboscadas, utilizando armas antitanque, los famosos y sofisticados lanzamisiles Javelin, convertidos en la pesadilla del Ejército ruso, disparados desde el hombro y equipados con cámaras de visión nocturna que pueden alcanzar objetivos a una distancia de hasta 4 kilómetros.
Cabe mencionar, además, el fracaso de uno de los cuerpos de élite de las fuerzas armadas rusas, las unidades paracaidistas VDV, la fuerza militar rusa con mayor capacidad de movilidad y la mayor fuerza aerotransportada del mundo. Su asalto en helicópteros al aeropuerto de Hostomel en los primeros días de la invasión, a las afueras de Kiev, fue un rotundo fracaso al verse expulsados, lo que negó a Rusia la posibilidad de crear un puente aéreo para traer tropas, equipos y suministros.
Igualmente llamativo es el número de bajas en los altos mandos militares rusos. En apenas veinte días de guerra han sido abatidos cuatro generales, más que en toda la guerra rusa en Afganistán, además de varios altos comandantes.
Por último, expertos militares destacan como error ruso la poca confianza en la resistencia del ejército ucraniano. Sin embargo, tal y como se ha señalado, en los últimos años ha habido un cambio de cultura militar en el Ejército ucraniano, ahora más horizontal y flexible que en el pasado, lo que le ha permitido acelerar la toma de decisiones, un factor que puede ser clave en medio de la guerra.
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