Así son los yihadistas: pierden a su jefe y, en venganza, queman una aldea cristiana en el Congo

La particular venganza del Estado Islámico por la muerte, en una operación militar USA en Siria, de sus dos máximos cabecillas: quemar una aldea cristiana en Casira, en la región de Ituri, en el Congo.

No es que a los terroristas, como tristemente vienen demostrando, les hagan falta razones para atacar a los cristianos en África (o en cualquier lugar del mundo), pero han sumado esta acción criminal al casi centenar (96) desde que el nuevo portavoz de la banda, Abu Omar Al Mujahir, ordenara el pasado 17 de abril dicha campaña. Los atentados han sido cometidos en Afganistán, Irak, Siria, Egipto, Somalia, India, etcétera.

En el caso de Afganistrán, hana ido dirigidos contra un centro de los chiítas y el aeropuerto de Kunduz, con un balance de tres medio centenar de víctimas.

“En represalia por la muerte de los dos jeques, levántense , desenvainen sus espadas contra los infieles (…) En Dios confiamos, repudiando a los que nos rodean y debemos nuestra fuerza a Él (para vengarnos por la muerte) del Sheikh (jefe) Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurashi y al-Muhajir Sheikh Abu Hamza al-Qurashi (en anterior portavoz), que Dios los acepte a ambos. Oh leones del Califato y héroes del Islam (…) tomen venganza y sean firmes con paciencia”, decía el yihadista.

Una campaña similar fue desarrollada cuando, también en una operación militar de los norteamericanos, fue cercado el primer “califa”, Abu Bark Baghdadi. En ambos casos, en sendos actos de cobardía, los cabecillas optaron por suicidarse con los chalecos explosivos que portaban, mientras que sus portavoces fueron abatidos.