Guerra

¿Qué fue de los soldados ucranianos de Azovstal?

Se desconoce el destino que corrieron los héroes de la acería de Mariupol, ahora en manos de las autoridades rusas. Sus familiares imploran a la comunidad internacional

Fotografía de un soldado ucraniano hallada en las ruinas de la sidururgia de Azovstal, en Mariupol, esta semana
Fotografía de un soldado ucraniano hallada en las ruinas de la sidururgia de Azovstal, en Mariupol, esta semanalarazonAgencia AP

«Vivía de mensaje a mensaje», cuenta la esposa de uno de los defensores ucranianos de Azovstal en Mariupol en un vídeo. Incluso en condiciones infernales de asedio, algunos de los soldados de Ucrania que habían repelido durante meses los ataques rusos, podían enviar mensajes a sus familiares. En una de las comunicaciones que uno de los soldados, Bogdan, le escribió a su esposa, Natalia Zarytskia, le dijo: «Un misil cayó justo frente a mí hoy pero no explotó. Sé que es tu amor el que me salvó».

Ha pasado más de un mes desde que los soldados abandonaron la acería de Azovstal en Mariupol y se rindieran ante los rusos por la imposibilidad de continuar la lucha ante la falta de tropas y municiones. Sus familiares indican que desde entonces no ha habido contacto con ellos: «Según la Convención de Ginebra, tienen derecho a contactar a sus familiares dos veces por semana. No está pasando».

Kateryna, la esposa del comandante del regimiento Azov en Mariupol, Denys Prokopenko, cuenta a la prensa ucraniana que solo pudo hablar con él durante 30 segundos. «Solo dijo que estaba bien y luego me preguntó cómo estaba. Luego se perdió la conexión».

La recién creada Asociación de las familias de los soldados han pedido públicamente a la Cruz Roja y a los periodistas internacionales para que se enteren qué está pasando con los soldados, dónde y en qué condiciones se mantienen. La Cruz Roja estuvo presente cuando los soldados fueron detenidos cerca de Azovstal, pero no los siguieron a su lugar de cautiverio. Uno de sus oficiales llamó a Natalia Zarytska cinco días después de que se rindieran y le dijo que su esposo estaba entre los prisioneros.

Sin embargo, los familiares no están seguros si la Cruz Roja tiene algún acceso a las instalaciones en Olenivka, en la parte de Donbás controlada por Rusia, donde supuestamente están recluidos 2.449 soldados ucranianos. Informes recientes de los medios rusos afirman que los líderes del regimiento Azov fueron llevados a la prisión de Lefortovo, en Rusia.

La posibilidad de que los soldados sean canjeados por prisioneros de guerra rusos fue puesta en duda después de que en Rusia se emitieron varios llamamientos para etiquetarlos como terroristas y sentenciarlos a muerte. «El proceso puede llevar años», afirma Zarytska en su entrevista al periódico ucraniano «NV». Sin embargo, espera que la atención del mundo pueda ayudar a salvar a su esposo y a otros soldados, ya que Moscú puede tratar de evitar que se conviertan en mártires.

Las autoridades ucranianas aseguran a las familias que todos los soldados están vivos y están trabajando para que regresen en «el futuro cercano», pero se niegan a revelar ningún detalle. En una señal de que las negociaciones pueden estar funcionando, los cuerpos de varios cientos de los defensores fallecidos en Azovstal han sido devueltos a Ucrania.

No obstante, los temores sobre el destino de los soldados son causados por los informes de civiles y soldados ucranianos torturados durante el cautiverio ruso. El infante de marina ucraniano Glib Stryzhko fue capturado en Azovstal antes del final de la batalla después de romperse la pelvis y la mandíbula. Mientras estaba en un hospital, se le negaron los analgésicos y, a veces, la comida, mientras que los combatientes chechenos lo amenazaron con cortarle una oreja.

Operación de rescate en helicópteros

También se supo que Ucrania había llevado a cabo siete extremadamente arriesgadas misiones de helicópteros a la acería sitiada para ayudar a los soldados atrapados. Era la única forma de llegar a Azovstal, a unos 100km desde la línea del frente. Los helicópteros tenían que volar apenas por encima del suelo para evitar ser vistos y de noche, sin apenas visibilidad para los pilotos. Una vez que arribaban a la planta, tenían 10 minutos como máximo para descargar víveres y medicinas, armas y municiones. Además, subieron soldados gravemente heridos.

Uno de los heridos evacuados, Bogdan Tsymbal, de 20 años, recibió seis disparos en combate. Se habría enfrentado a la muerte si se hubiera quedado en Azovstal debido a la falta de medicamentos. «Solo acepté ser evacuado con una condición: tan pronto como me sintiera listo para luchar, podría regresar. El comandante me lo prometió».

No faltaron voluntarios para reemplazar a los heridos y construir el “puente vivo” con sus camaradas que estaban superados en número y armamento. Varias misiones volaron 72 soldados de “Azov” hasta la acería. Tres helicópteros fueron eventualmente derribados, dos de ellos mientras regresaban desde Azovstal con heridos graves a bordo.

Los familiares de los soldados capturados están seguros de que solo la atención de todo el mundo puede salvarlos. «Cumplieron con su deber, lucharon hasta el final. Ahora es el momento de ayudarlos», implora Kateryna Prokopenko.