Política

Crisis migratoria en Europa

Acnur: Seis personas murieron cada día en el Mediterráneo en 2018

España seguirá siendo el principal punto de entrada de migrantes y refugiados en 2019

Una de las lanchas que partieron de la costa libia intentando llegar al Mediterráneo, en agosto
Una de las lanchas que partieron de la costa libia intentando llegar al Mediterráneo, en agostolarazon

España seguirá siendo el principal punto de entrada de migrantes y refugiados en 2019

A pesar de lo que proclamen los políticos más populistas, las llegadas a las costas europeas han descendido exponencialmente. Si en 2015 lograron cruzar el mar Mediterráneo más de un millón de personas (1.015.981), en 2018 lo hicieron 139.300. Se trata del número más bajo de los últimos cinco años. Sin embargo, según detalla Acnur, "los refugiados y migrantes que intentaron llegar a Europa a través del mar Mediterráneo perdieron la vida a un ritmo alarmante". En el último informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados, presentado hoy en Ginebra, se expone la trágica cifra: cada día se perdieron un promedio de seis vidas.

En total, el año pasado, 2.275 personas fallecieron o desaparecieron intentando cruzar el Mediterráneo. "La reducción de las operaciones de búsqueda y rescate contribuyó a reforzar su posición como la ruta marítima más mortífera del mundo", señala Acnur en un comunicado. De hecho, ONGs como Médicos Sin Fronteras (MSF) han tenido que dejar de rescatar a personas en el mar. Las trabas ya no son sólo por parte de países como Italia o Malta: el 8 de enero la Capitanía Marítima de Barcelona bloqueó el barco de Open Arms en puerto.

Para Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, "salvar vidas en el mar no es una opción, ni una cuestión política, sino una obligación ancestral". En su opinión, "podemos poner fin a estas tragedias teniendo el coraje y la ambición de mirar más allá del próximo barco y adoptar un enfoque a largo plazo basado en la cooperación regional, y centrada en la vida y la dignidad humanas".

El informe de Acnur, "Travesías Desesperadas", describe cómo los cambios en las políticas de algunos países de la UE han provocado numerosos incidentes en los que un gran número de personas han quedado varadas en el mar durante días y días, esperando una autorización para desembarcar. Los barcos de las ONG y sus tripulaciones han afrontado mayores restricciones en sus operaciones de búsqueda y rescate. En la ruta de Libia a Europa, por cada 14 personas que lograron llegar, una perdió la vida en el mar, lo que representa un drástico aumento frente a los niveles de 2017. Además, se cuentan por miles las que fueron retornadas a Libia, donde viven en condiciones deplorables en los centros de detención.

Para muchas de estas personas, poner un pie en Europa representa la última parada de un espeluznante viaje en el que han sufrido torturas, violaciones y agresiones sexuales, y la amenaza de ser secuestrados y retenidos para obtener un rescate. Los Estados deben tomar medidas urgentes para desmantelar las redes de tráfico de seres humanos y llevar ante la justicia a los responsables de estos delitos.

Aumento en España

El informe también revela cambios significativos en las rutas que utilizan los refugiados y migrantes. Por primera vez en los últimos años, España se convirtió en el principal punto de entrada a Europa, con unas 8.000 llegadas por vía terrestre (a través de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla) y otras 54.800 personas que cruzaron con éxito la peligrosa ruta del Mediterráneo occidental. Una tendencia que se espera que continúe durante este año también. "Dado el alto número de llegadas por mar en la segunda mitad de 2018, parece probable que España continúe siendo el principal punto de entrada a Europa en 2019". Ante esta situación, España debe exigirse "solidaridad y esfuerzos para mejorar las condiciones de acogida". Asimismo, Acnur espera que en España se garanticen los "procedimientos de asilo justos y eficientes para aquellos que buscan protección internacional".

Como resultado, el número de muertos en el Mediterráneo occidental prácticamente se cuadruplicó, pasando de 202 en 2017 a 777 en 2018. Unos 23.400 refugiados e inmigrantes llegaron a Italia en 2018, es decir, cinco veces menos que el año anterior. Grecia recibió un número similar de llegadas por mar, aproximadamente 32.500 en comparación con 30.000 en 2017, mientras que el número de personas que entraron a través de su frontera terrestre con Turquía casi se triplicó.

En otras partes de Europa, Bosnia y Herzegovina registró unas 24.000 llegadas de refugiados y migrantes que habían transitado a través de los Balcanes occidentales. Chipre recibió varios barcos con refugiados sirios desde Líbano, mientras que Reino Unido fue testigo de un reducido número de llegadas desde Francia hacia finales de año.