
Defensa
Alemania es tajante: el futuro de la guerra naval podría ser un gigantesco arsenal flotante sin tripulación
Para hacer frente a la amenaza de ataques masivos, la Armada de Alemania apostará por buques no tripulados que actuarán como arsenales flotantes para sus fragatas, una notable renovación de su flota de cara al futuro

La amenaza de un conflicto naval de alta intensidad presenta un rompecabezas logístico que puede decidir la victoria: la capacidad de un buque para sostener el combate. En un escenario de ataques de saturación con drones y misiles, cualquier fragata moderna corre el riesgo de agotar con rapidez sus arsenales, quedando indefensa mucho antes de que la batalla haya terminado. Esta es la principal preocupación que la Armada alemana se ha propuesto resolver de una forma radicalmente nueva. Este cambio de paradigma refleja un debate más amplio sobre si la 'superarma' que decidirá la próxima guerra será la tecnología no tripulada en lugar de las plataformas tradicionales.
Frente a este escenario, Alemania ha puesto en marcha un ambicioso plan para multiplicar la capacidad de fuego de su flota. La solución pasa por la construcción de tres plataformas de misiles flotantes no tripuladas, concebidas como un cargador externo para sus futuros buques de guerra. Estos navíos, bautizados como Grandes Buques de Misiles Remotos (LRMV), actuarán como una reserva de proyectiles lista para ser utilizada a distancia.
De hecho, estos buques no serán armas autónomas. Su función será la de un arsenal a distancia enteramente subordinado a un buque nodriza, que será la futura fragata de la clase F127. Desde el puente de mando de la embarcación tripulada se gestionará la detección de objetivos y se darán las órdenes de lanzamiento, aprovechando los sistemas verticales del LRMV para disparar desde misiles de defensa aérea SM-2 y ESSM hasta proyectiles de ataque a superficie. La idea, según desgrana el portal especializado The War Zone, es que actúen como una extensión directa del poder de combate de la fragata.
Asimismo, esta iniciativa se enmarca en una estrategia mucho más amplia, recogida en el documento «Kurs Marine», que traza las líneas maestras de la flota germana con el horizonte puesto en 2035. Este proyecto no se detiene en los tres arsenales flotantes, sino que contempla una modernización integral de su flota con la adquisición de 18 buques de superficie no tripulados más pequeños y otros 12 vehículos submarinos de gran tamaño, apostando de forma decidida por la automatización. Esta apuesta por la automatización naval no es aislada, ya que los innovadores barcos-robots desarrollados por Ucrania han demostrado la eficacia de estas plataformas en conflictos reales.
Un gigante no tripulado para el Atlántico
Por otro lado, el diseño de estos nuevos buques arsenal revela su vocación puramente oceánica. Con una eslora de unos 80 metros, estarán preparados para operar en las aguas abiertas del Atlántico, a diferencia de otros conceptos similares pensados para entornos costeros más cerrados. Su potencia de fuego no solo reforzará a las fragatas F127, sino que también podría servir de complemento a las de la clase F126, a menudo criticadas por estar escasamente armadas para su considerable desplazamiento.
Sin embargo, el éxito de todo el programa depende de superar un desafío tecnológico de envergadura. El desarrollo de sistemas de mando y comunicaciones lo suficientemente seguros y resistentes a las interferencias se antoja crucial para la operatividad del sistema. Garantizar un enlace de datos estable entre la fragata y su arsenal remoto es el principal escollo del programa, un aspecto sin el cual estos buques desprovistos de tripulación no podrían cumplir su misión en el campo de batalla.
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