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Elecciones

Una comunista y una derecha divida se juegan la presidencia de Chile

La candidata de la izquierda, Jeannette Jara lidera, lidera la primera vuelta, mientras José Antonio Kast y Evelyn Matthei compiten entre sí por el segundo puesto

Cierre de campaña presidencial de la candidata Jeannette Jara ELVIS GONZÁLEZEFE

En un contexto de profunda incertidumbre social y política, Chile se prepara para unas elecciones presidenciales decisivas que podrían marcar un nuevo rumbo tras años de convulsión.

La primera vuelta, prevista para este domingo 16 de noviembre, pone en la palestra a tres candidaturas principales: Jeannette Jara, candidata de la izquierda oficialista;José Antonio Kast, líder de la ultraderecha; y Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional. Este trío refleja tanto la fragmentación ideológica del país como las múltiples demandas sociales que se han instalado en la agenda pública, sobre todo después del estallido social que se produjo en el año 2019.

Jeannette Jara encabeza las preferencias electorales, consolidándose como la representante de la continuidad del actual Gobierno de Gabriel Boric. Su perfil como exministra y dirigente del Partido Comunista ha sido imprescindible para aglutinar a los sectores progresistas del país, aunque en esta campaña ha moderado su discurso con el fin de ampliar aún más su base.

Según datos recientes, Jeannette Jara alcanza entre el 28,5% y el 30% del apoyo en las encuestas elaboradas, enfatizando políticas sociales, derechos ambientales y estabilidad económica. Su propuesta se apoya en la profundización de reformas sociales, un mejor acceso tanto a la salud como a la educación, y en promover un modelo inclusivo frente a las desigualdades persistentes, un mensaje, en definitiva, que conecta con un electorado joven y urbano, especialmente vulnerable tras las tensiones de la última década.

Sondeos en ChileT. NietoLa Razón

Por otro lado, José Antonio Kast representa la cara más autoritaria y ultraconservadora de la derecha, con un discurso centrado en el fortalecimiento de la seguridad ciudadana, la migración controlada y la reducción del gasto público. Su partido, el Partido Republicano, sostiene que el problema central de Chile es la inseguridad y el desorden, dos hechos que justifican con propuestas de mano dura contra la delincuencia y flexibilización de las políticas migratorias. Todas ellas, medidas amparadas bajo la lógica de emprender un «Gobierno de Emergencia».

José Antonio Kast obtiene entre un 20% y 23% del apoyo electoral, siendo una fuerza que capitaliza el desencanto de amplios sectores con el Gobierno y el sistema político tradicional. Su auge ha generado preocupación tanto en el sector de la izquierda como en el de la derecha moderada, por el impacto que un eventual Gobierno suyo podría tener en la institucionalidad chilena y en las relaciones internacionales del país, un factor que es observado con atención tanto desde España como desde la Unión Europea.

Evelyn Matthei, exministra del Gobierno del fallecido expresidente Sebastián Piñera, y exalcaldesa, es la figura que representa a la derecha clásica y a la coalición Chile Vamos. En su caso, su campaña se ha visto opacada por la división interna de la derecha y la irrupción de José Antonio Kast y otros candidatos más radicales que ella. Matthei defiende un enfoque pragmático centrado en la recuperación del orden público a través de reformas legales y mejoras en la administración pública, sin ceder a extremos autoritarios y buscando equilibrar el crecimiento económico con la estabilidad social.

Su intención de voto ronda el 13-14%, una cifra que refleja tanto su fortaleza en los sectores conservadores tradicionales como las dificultades para atraer a un electorado más fragmentado y polarizado. Su experiencia y su perfil moderado le permiten ser vista por sus votantes como una alternativa para evitar los extremos políticos, aunque enfrenta el complicado desafío de recomponer un bloque de derecha que en estos momentos está dividido.

Este escenario evidencia una derecha fragmentada que podría acabar favoreciendo a la opción de Jeannette Jara en una eventual segunda vuelta, prevista para el próximo día 14 de diciembre, si es que ninguno de los tres candidatos logra la mayoría absoluta. La inclusión del voto obligatorio, impuesto por primera vez en el país en veinte años, añade a estas elecciones una variable impredecible en la composición del electorado, formado por casi 16 millones de personas, quienes se verán obligadas a acudir a las urnas, un hecho que supone que exista un alto potencial de que se altere el balance tradicional.

Los temas de seguridad, migración, economía y políticas sociales son los que, sin duda, dominan el debate público. La percepción de inseguridad y la violencia han aumentado la demanda de medidas contundentes para combatirlos, que el electorado ve en José Antonio Kast y, en menor medida, en Evelyn Matthei, mientras que la izquierda apuesta por programas integrales para reducir la desigualdad y fortalecer los derechos sociales, con Jeannette Jara como su figura principal.

Desde una perspectiva internacional, el resultado en Chile tendrá repercusiones en la estabilidad política regional y en las relaciones con Europa, especialmente considerando que Chile es un socio clave de la Unión Europea en Latinoamérica. La mirada española es especialmente atenta, dada la historia común y los vínculos económicos y culturales. Un triunfo de Jara mantendría cierta continuidad en las políticas progresistas, mientras que un triunfo de Kast podría implicar un giro hacia políticas más autoritarias y nacionalistas que tensionarían esos vínculos.

En definitiva, el domingo 16 de noviembre, Chile decidirá entre tres visiones del país, en un escenario que refleja no solo divisiones políticas, sino también un momento crítico para enfrentar los desafíos sociales que han marcado su historia reciente. La fragmentación de la derecha, el auge de la ultraderecha y la resistencia del oficialismo configuran un tablero político donde la movilización ciudadana y los temas de fondo definirán un resultado con grandes implicaciones nacionales e internacionales.