Accidente

Ucrania reconoce que ha derribado un avión que llevaba armas rusas pero Moscú dice que iban 65 prisioneros ucranianos

Rusia asegura que Kiev usó tres misiles alemanes y estadounidenses para derribar el aparato. No hay ningún superviviente

No ha habido supervivientes. El avión ruso de transporte militar, modelo Ilyushin Il-76, en el que viajaban 74 personas, perdió el contacto con los radares de seguimiento cuando volaba cerca de la frontera con Ucrania, estrellándose tras impactar en él, al menos, un misil antiaéreo ucraniano. La aeronave, que acababa de despegar, transportaba a 65 prisioneros de guerra ucranianos que iban a ser canjeados, algo que confirmaba momentos después de lo ocurrido Andrei Kartapolov, presidente del Comité de Defensa de la Duma rusa y diputado en activo. Para el general retirado y experto en conflictos bélicos, el ataque ucraniano parece fuera de toda lógica, ya que «los mandatarios ucranianos eran muy conscientes del intercambio y fueron informados del modo de entrega de los prisioneros, pero el avión fue derribado por tres misiles Patriot o Iris de fabricación alemana».

La acusación de Kartapolov detalla que al menos uno de estos misiles, entregados al Gobierno de Kyiv por la OTAN, impactó en el avión ruso sobre las 11 de la mañana, muy cerca del aeropuerto de Bélgorod, ciudad rusa situada a pocos kilómetros de la frontera con Ucrania. La noticia fue ampliada después por la agencia rusa RIA Novosti, que informaba de la ausencia de supervivientes.

El presidente de la Duma estatal de Rusia, Vyacheslav Volodin, denunciaba el origen de esos «misiles estadounidenses y alemanes» que habían sido entregados a Ucrania con el fin de atentar en contra de «personas indefensas». Volodin anunció que el Parlamento ruso estaba preparando un mensaje oficial de queja dirigido a los Legislativos de EE UU y Alemania tras lo ocurrido. «Los diputados de estos países deben asumir su responsabilidad, hacia dónde conduce todo esto», afirmaba el máximo responsable de la Cámara Baja rusa.

Desde la parte ucraniana, la versión era bien distinta. Según fuentes oficiales del Gobierno de Kyiv, el avión atacado llevaba armamento para ser usado contra ese país, más concretamente cohetes S-300. A pesar de confirmar, a última hora de la tarde que, efectivamente, se había programado un intercambio de prisioneros con la parte rusa en el día de ayer, fuentes de la inteligencia militar ucraniana mantienen no tener pruebas que confirmen la presencia de esos prisioneros en el avión ruso Il-76 derribado por uno de sus misiles antiaéreos.

La ciudad rusa de Belgorod y su región han sido atacadas en numerosas ocasiones desde que comenzara la guerra en Ucrania, siendo actualmente el lugar más expuesto a las amenazas que llegan desde el país vecino. En diciembre, un ataque con misiles ordenado por Kyiv costó la vida de 25 personas. El gobernador de la región, Vyacheslav Gladkov, fue el primero en anunciar que se había producido un «incidente» sin concretar en el distrito de Korochansky, al noreste de la capital y que se disponía a inspeccionar el lugar. El Ministerio de Defensa ruso informaba a la prensa que registró el lanzamiento de dos misiles provenientes de la parte ucraniana, concretamente «desde la zona de Liptsy, en la región de Járkiv, [disparados] por un sistema de misiles antiaéreo de las fuerzas armadas de Ucrania».

Un vídeo grabado por un habitante de la zona es el testimonio con el que cuentan los investigadores de ambos frentes. En él se ve cómo el avión se estrella contra el suelo tras caer desde el cielo. La grabación, difundido por las redes sociales, muestra lo que podría ser la trayectoria del impacto del cohete antes de precipitarse contra el suelo el avión y convertirse en una enorme masa de fuego.

A primera hora de la tarde, el Defensor del Pueblo ucraniano anunciaba la puesta en marcha de una investigación oficial para aclarar si los 65 prisioneros de guerra de su país iban a bordo de ese avión, como defiende Moscú. Dmitro Lubinets pedía a los medios de comunicación no publicar información que no estuviese previamente contrastada. Por su parte, el representante de la inteligencia militar ucraniana, Andri Yusov, también informó de esta investigación, que llevará a cabo este departamento del Ministerio de Defensa de Ucrania. Lejos de calmarse, la región rusa de Belgorod podría seguir sufriendo las embestidas del Ejército ucraniano, que prometió ayer seguir apuntando a esa zona y a la aviación militar rusa para protegerse de los bombardeos. El aeropuerto militar de la región es, por su proximidad a Ucrania, de vital importancia para la «operación militar especial» del Kremlin. En un comunicado publicado por el Ejército ucraniano poco después del ataque, prometió seguir «destruyendo los dispositivos de entrega y controlando el espacio aéreo para eliminar la amenaza terrorista, incluso en la zona de Belgorod-KharkiJarkov».