Elecciones en Francia

De Mrs Robinson a primera dama

El nuevo presidente quiere que su esposa, a quien conoció a los 15 años, recupere el papel institucional perdido con Hollande

Emmanuel Macron besa a su mujer, Brigitte, tras conocer el resultado
Emmanuel Macron besa a su mujer, Brigitte, tras conocer el resultadolarazon

El nuevo presidente quiere que su esposa, a quien conoció a los 15 años, recupere el papel institucional perdido con Hollande.

En Francia no existe estatus de «primera dama », pero Emmanuel Macron ya aseguró durante la campaña que pensaba darle un verdadero «papel público» si era elegido, pensando en Brigitte Trogneux, su mujer. Macron quiere «salir de una hipocresía francesa», como dijo hace unos días cuando fue entrevistado en TF1. Según él, «cuando se es elegido presidente de la República, se vive con alguien, y se comparten los días y las noches, la vida pública y la privada. Y es necesario que la persona que vive contigo pueda tener un papel reconocido».

El presidente electo de Francia no ha dejado de lanzar guiños durante la campaña a «Brigitte, siempre presente y más aún, sin la que yo no sería yo». Ya había explicado con anterioridad el secreto de su rápida ascensión. «Lo debo a esa voluntad de no someterse, de amar la libertad y lo universal, de indignarse, de no aceptar un orden establecido», y con un cierto pudor revelaba que esos sentimientos son los que «cuando nos decían que eso no se hacía, que no era posible, que no era para nosotros, que debíamos respetar las normas, el orden establecido, la disciplina, y buscar la felicidad en otro lugar, esos sentimientos son los que me llevaron con Brigitte a amarnos, a querer, a construir».

Emmanuel Macron tenía 15 años cuando se cruzó en su vida Brigitte Trogneux, 39 años, profesora de francés en el liceo La Providence de Amiens. Junto a ella descubrió la pasión por el teatro. De hecho, corren varios vídeos en las redes sociales donde se ve a los dos juntos en una representación. Él actúa y ella le dirige. «Las cosas se desarrollaron de forma furtiva, y me enamoré», cuenta Macron en su libro «Révolution». Esa pasión por el teatro llevó a Emmanuel Macron y Brigitte Trogneux a reunirse todos los viernes «durante horas» para reescribir una obra dramática de Eduardo De Filippo. El trabajo duró meses, y después decidieron llevarla a escena juntos. Al final, «la escritura se convirtió en un pretexto».

Brigitte Trogneux es la pequeña de seis hermanos. Se casó tras finalizar el colegio con un joven de su edad que hizo carrera en la banca y tuvieron tres hijos, la segunda de la misma edad que Emmanuel Macron. También ella contó en «Paris Match» el inicio de la relación con el que es hoy su esposo: «La escritura nos reunía cada viernes y desencadenó una gran proximidad».

Macron se fue a París a terminar sus estudios, pero le prometió que volvería y se casaría con ella. Y así fue, doce años más tarde: el 20 de octubre de 2007 se casaban en el ayuntamiento de Touquet. El amor «arrastró todo a su paso y me condujo al divorcio. Fue imposible resistirle», comenta hoy la mujer del futuro presidente de la República.

Después la pareja se instaló en París. Mientras él terminaba sus estudios de Filosofía y Ciencias Políticas, ella encontró un nuevo trabajo de profesora en el liceo Saint Louis de Gonzague, llevado por los jesuitas, que ha mantenido durante todos estos años. Las cosas cambiaron cuando en agosto de 2014, François Hollande decidió nombrar ministro de Economía e Industria a su antiguo consejero en el Elíseo. Poco después Brigitte dejó su trabajo para dedicarle su tiempo y seguirle en sus desplazamientos y reuniones mientras procura mantener los lazos familiares. La pareja no tiene hijos, pero los de ella les han hecho ya tres veces abuelos.

Sin duda la nueva inquilina dará mucho de qué hablar en el palacio del Elíseo, un lugar que ha vivido en los últimos años los turbulentos enredos amorosos del antecesor de Macron, François Hollande. Llegó a la presidencia de la mano de Valérie Trierweiler y salió con una nueva relación con la que no ha compartido ningún acto público: la actriz Julie Gayet. También Sarkozy vivió su propia historia de amor en palacio, donde se casó con la artista Carla Bruni, con la que más tarde tendría una hija, Giulia.