Guerra comercial

Bruselas asesta el primer golpe comercial contra Washington: 21.000 millones de euros en aranceles

Hungría vota en contra de la represalia a EE UU, que entra en vigor el 15 de abril

European Commission President Ursula von der Leyen rings a bell to signify the beginning of the weekly college of commissioners meeting at EU headquarters in Brussels, Wednesday, April 9, 2025. (AP Photo/Omar Havana)
El presidente de la Comisión Europea, Ursula von der LeyenASSOCIATED PRESSAgencia AP

Comienza el contraataque. Los Veintisiete han dado su visto bueno a las subidas arancelarias de entre el 10% y el 25% a una serie de bienes estadounidenses como respuesta a las tarifas al acero y al aluminio del 25% impuestas por Estados Unidos. Se trata del primer golpe a la Administración Trump desde que comenzó esta guerra comercial A pesar del fuerte consenso entre las capitales europeas, Hungría ha votado en contra. «La escalada no es la respuesta. Estas medidas solo causarán más daño a la economía europea y a los ciudadanos incrementando los precios. El único camino hacia delante es la negociación, no represalias», aseguró en su perfil de X Peter Szijarto, ministro de Asuntos Exteriores.

Las simpatías del Gobierno del ultranacionalista Viktor Orban por Trump no son nuevas. Aunque el Gobierno de Italia de la primera ministra Giorgia Meloni también había pedido retrasar la puesta en marcha de estas represalias, finalmente ha votado a favor.

En un comunicado emitido poco después de la luz verde de los Veintisiete, el Ejecutivo comunitario sigue tendiendo la mano a Washington y recuerda que «estas contramedidas se pueden suspender en cualquier momento», si Estados Unidos vuelve al ruedo de las negociaciones si se llega a un acuerdo «justo y equilibrado».

La lista ha sido preparada por el Ejecutivo comunitario y, tras las consultas con la capitales y las partes interesadas, se ha excluido el Bourbon para contentar a Francia, España e Italia, que temían que esto desatara la ira de Estados Unidos contra sus espumosos. Trump había amenazado con un arancel del 200% al champán y al vino.

Se espera que esta primera tanda de aranceles entre en vigor de manera escalonada a partir del 15 de abril e incluya diamantes, soja, maíz, arroz, almendras, zumo de naranja, arándanos, textiles, varios tipos de maquillaje, vehículos, hilo dental, huevos, salchichas, calzado y muebles, entre otros. En un primer momento, la Comisión Europea había asegurado que el daño infligido con estas subidas sería de manera proporcional al ocasionado por Estados Unidos, cifrado en 28.000 millones de dólares, si se contabiliza el volumen de exportaciones. Aunque el Ejecutivo comunitario había previsto responder con unas 26.000 millones de euros, finalmente esta cantidad será menor. Esto responde a la necesidad de establecer un reparto justo de la carga entre los países europeos, según su dependencia menor o mayor de Estados Unidos, y también da un margen de maniobra mayor a Bruselas para negociar.

La cantidad de exportaciones afectadas ascenderá aproximadamente a unos 21.000 millones de euros. La puesta en marcha de estos aranceles será escalonada: tras el 15 de abril, la segunda tanda llegará el 16 de mayo y se postergará hasta el mes de diciembre las almendras y la soja.

Se trata de un lista de estos bienes dispar: desde las salchichas a los diamantes. Pero esto no significa que se haya confeccionado de manera arbitraria. Fuentes diplomáticas explican que se han tenido en cuenta dos factores: dañar centros de producción radicados en Estados que hayan votado al partido Republicano de Trump y buscar bienes que sean fácilmente sustituibles ya sea en otros mercados o dentro de las propias fronteras europeas.

Además, varios de estos productos castigados por los aranceles europeos remiten al modo de vida americano en el imaginario colectivo como los pantalones vaqueros o las motos Harley. Algunos de estos bienes de consumo son los mismos que la UE ya castigó en el año 2018, durante el primer mandato de Trump después de que este también impusiera aranceles al aluminio y al acero. Aunque todo indica que esta segunda guerra comercial va a ser mucho más cruenta.

Por el momento, no está previsto que el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, intente mantener un nuevo encuentro con sus homólogos estadounidenses, a pesar de que Bruselas está dispuesta a seguir negociando.

Sin embargo, todo indica que la oferta de tarifas cero recíprocas en los bienes industriales, realizada por la Comisión Europea, no es suficiente. Washington está presionando para que Bruselas no cobre el IVA y modifique su legislación ambiental y sanitaria. Unas peticiones que ahora mismo parecen imposibles de conseguir. Además, Trump también quiere que los Veintisiete compren más gas licuado.

Pero a la UE no solo le importa Estados Unidos, también China. Este martes Ursula von der Leyen mantuvo una conversación telefónica con el primer ministro chino, Li Quain, en la que le pidió contención para evitar un recrudecimiento de esta guerra comercial. Un ruego que parece no haber tenido ningún éxito, después de que Pekín haya respondido con aranceles del 84%. Bruselas teme que este pulso entre Estados Unidos y China desemboque en una entrada masiva de productos del gigante asiático en el mercado único. De hecho, la Comisión Europea quiere poner en marcha un mecanismo para vigilas desvíos comerciales y ponerles freno.