UE

Bruselas vuelve a poner a Hungría en la diana por su política de visados con Rusia y Bielorrusia

Budapest tiene hasta el día 19 para contestar a la carta enviada por el Ejecutivo comunitario

Palm Beach (United States), 11/07/2024.- A handout photo made available bythe Hungarian PM'Äôs Press Office shows Hungarian Prime Minister Viktor Orban (R) and former US president and Republican presidential candidate Donald Trump (L) posing for photographs during their meeting in Trump's Mar-a-Lago estate in Palm Beach, Florida, USA, 11 July 2024. (Hungría) EFE/EPA/Zoltan Fischer HANDOUT HUNGARY OUTHANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES
Viktor Orban irritó a sus colegas de la UE al visitar a Donald Trump en Florida el pasado julioZoltan Fischer HANDOUTAgencia EFE

La cuerda entre Bruselas y Hungría se sigue tensando. El Ejecutivo comunitario ha enviado una misiva al país de Viktor Orban en el que pide explicaciones a Hungría por las medidas tomadas para flexibilizar las condiciones de admisión de trabajadores procedentes de Rusia y Bielorrusia. La semana pasada, la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, envió una carta a las autoridades del país en la que trasladaba su “preocupación” por los riegos que entraña esta nueva legislación, Budapest tiene de plazo hasta el próximo 19 de este mes para contestar a esta carta. De momento, la Comisión Europea no baraja que el país quede suspendido del espacio sin fronteras Schengen, tal y como han solicitado un grupo de eurodiputados.

A la UE se le está empezando a terminar la paciencia con Viktor Orban. El máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, decidió a finales de julio celebrar en Bruselas el consejo informal de Exteriores, previsto inicialmente en Budapest (Hungría) los próximos 29 y 30 de agosto. Tras escuchar las diferente opiniones de los ministros de Exteriores de los Veintisiete, Borrell decidió tomar esta medida que quiere enviar una señal de castigo después de que Orban emprendiera durante el mes de julio una gira internacional bautizada como “misión de paz”. Unos esfuerzos que le han llevado a recalar en Ucrania, Rusia, Pekín y hasta la residencia del Donald Trump en Florida y a poner en cuestión la estrategia europea de apoyar a Ucrania ante las tropas invasoras de Vladimir Putin, mientras Hungría ostenta la presidencia rotatoria de los Veintisiete desde el pasado 1 de julio.

El Parlamento Europeo votó en el primer pleno de la nueva legislatura celebrado en el mes de julio una resolución en la que se recuerda que estas visitas fueron inmediatamente seguidas de un ataque a un hospital infantil, lo que demuestra la “irrelevancia” de esta estrategia. El texto no se limita a condenar estos viajes que fueron realizados, sin el apoyo y conocimiento previo del resto de los socios a pesar de transcurrir durante la presidencia húngara sino que pide que haya “repercusiones para Hungría”.

Las capitales europeas estaban divididas sobre esta medida, que es una potestad del alto representante. Mientras Polonia y los bálticos apoyaban el boicot de esta reunión, España y Alemania mantenían reservas. Varsovia incluso llegó a proponer que el encuentro se celebrase en Ucrania. Pero para celebrar una reunión de estas características fuera de los Veintisiete se necesita la unanimidad de los socios, lo que no ha sido posible.

No es el único castigo contra Hungría, a pesar de que, por el momento, las repercusiones de estos escarmientos están siendo más simbólicas que reales. La Comisión Europea no realizará la habitual reunión del colegio de comisarios al país, que debía celebrarse en el mes de septiembre y tampoco enviará a sus comisarios a la reuniones de carácter informal- no se toman decisiones- que se celebrarán en Hungría durante la presidencia. Como represalia, optarán por funcionarios como representación. Un boicot al que se espera que se unan muchos de los Estados miembros que ya han comenzado a anunciar su intención de no enviar sus ministros y apostar por cargos de carácter técnico en los encuentros del Consejo.

Cuando comenzó la supuesta “misión de paz” de Orban, se había barajado privar a Hungría de su turno presidencia y adelantar el mandato de Polonia, que debe coger el testigo el próximo 1 de enero, pero existen trabas políticas y jurídicas para una decisión de este tipo. Aunque los tratados europeos consagran el principio de “cooperación leal”, el Tribunal de Justicia de la UE no tiene competencias sobre política exterior. Esto hace que ninguna institución europea se esté planteando denunciar a Hungría ante el alto tribunal europeo.

Los viajes de Orban escuecen especialmente en la capital comunitaria ya que se han realizado durante la presidencia húngara del bloque comunitario, lo que puede dar lugar a malas interpretaciones. A pesar de esto, Budapest asegura que en todo momento ha actuado de buena fe y ha enviado al presidente del Consejo Charles Michel una carta con el resultado de sus gestiones

Aunque en otro momento estos desplazamientos húngaros podrían interpretarse como gestos en clave interna y con poca repercusión real, los temores han ido in crescendo después de que Orban aprovechara la celebración de la cumbre de la OTAN en Washington para poco después dirigirse hasta Florida y visitar a Trump, justo antes de que éste sufriera un intento fallido de atentado.